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La Liturgia Eucarística del pasado domingo fue dedicada a San Pedro, elegido por Jesús “como la piedra en la que edificaría su iglesia”, y que trae a recuerdo las palabras de Monseñor Oscar Arnulfo Romero que muchas veces dijo a su rebaño “Jesús es el único y verdadero líder de la liberación”, que significaba entregar la vida a Cristo.
La Comunidad de la Cripta Monseñor Romero conmemoró la vida de San Pedro que simboliza al digno seguidor de Jesús y el que está al servicio de la Iglesia a fin de guiarla hacia una sociedad más solidaria y justa, como lo hizo Monseñor Romero en su Pastoral Cristiana.
El padre Sebastián Martínez, Párroco de la Basílica de la Virgen de Guadalupe, explicó que cuando Jesús, cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, tomó la decisión de ir a Jerusalén, en su camino encontró a algunas personas a las que pidió que le siguieran. Esta es una reflexión sobre la entrega a la vida de Cristo, aclaró.
“Después de haber escuchado la palabra de Dios, lo que encuentro es un mensaje de que Dios nos llama a todos de diferente manera, porque Dios tiene un plan sobre cada uno de nosotros y nosotras”, predicó.
El llamado que conmina a seguir la vida de Jesús es similar a la Pastoral de Monseñor Oscar Romero, que simbolizó el vivo ejemplo del “seguidor incondicional” de Jesús y que siempre denunció las injusticias y defendió los derechos humanos de su pueblo como el Reino de Dios.
“Los que estamos bautizados tenemos la vocación común de ser cristianos y seguir a Jesús y lo encontramos en todas las lecturas de la Palabra de Dios, que es escoger una vida entregada a otros, y construir el Reino de los Cielos”, afirmó.
Entre sus Homilías, Monseñor Romero siempre recalcó que el Hijo de Dios, Jesucristo, vino a tomar una preferencia sin “ambigüedades”, por los pobres, llamando a todos por igual, como el llamamiento de Cristo a vivir una vida ofrendada a los demás, lejos de la idolatrías a los poderes económicos o políticos.
En las Homilías de Monseñor Romero está además su énfasis en la “Verdadera Libertad”, refiriéndose que habla del amor al prójimo, al desprendimiento de posesiones materiales o superficiales que ciegan la verdadera grandeza que posee cada ser humano en la tierra.
“Dios se sirve de otra persona o profetas para seguir el camino de la Iglesia, y acompañar a la comunidad para compartir con sus hermanos que sufren dificultades económicas. Monseñor Romero afirmó que los cristianos no podían prescindir de Cristo, porque solo Él nos arranca del pecado”, acotó.