Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
La definición de profeta en la Iglesia Luterana tiene mayor significado que la santificación, explicó el obispo Medardo Gómez, en su intervención en la Décima Edición de la Cátedra Simón Bolívar, y la última de una serie de ponencias sobre la pastoral y espiritualidad de Monseñor Óscar Romero.
“Esto me ha hecho comprometerme a venir acá y hablar de la pastoral de Monseñor Romero, porque en el concepto religioso que tenemos en la Iglesia Luterana, más que un santo, lo más importante es ser un profeta, que son los enviados de Dios”, manifestó.
La Cátedra Simón Bolívar es impulsada por la Embajada Bolivariana de Venezuela en El Salvador junto a la Universidad de El Salvador. Las jornadas desarrollan un ciclo de conferencias sobre un tema determinado de la realidad nacional.
Este año ha sido dedicado a la memoria de Monseñor Óscar Romero, en el marco de su canonización el próximo 14 de octubre, en la plaza San Pedro, en Roma, Italia. Las conferencias se han relacionado con “El papel de la Iglesia en la Emancipación Latinoamericana”, con el objetivo de explorar el “Papel de la Espiritualidad y la Fe en los Procesos Revolucionarios de Nuestra América”.
En su disertación, el obispo Gómez indicó que no cualquier persona puede ser profeta, al citar la doctrina luterana; mientras un “santo”, agregó, que luego de ser juzgados por Dios y ser recibidos en su reino todos y todas serán santos, y así todos los creyentes.
“El profeta es exclusivo, ha sido llamado, ha sido enviado por Dios; entonces, lo grandioso de Monseñor Romero es que, al ser llamado por Dios, acudió a su camino y su vida, precisamente, demostró ser representante de Dios con nosotros y es por eso que es gloriosa, para la historia de El Salvador, que por este país pasó el profeta Romero”, acotó.
El obispo Medardo Gómez, originario de Quelepa, San Miguel, recordó también que siendo niño Monseñor Romero fue su pastor y catequista, que lo preparó para su confirmación, señalando su disposición a la alegría, su manera comunicativa de estar pendiente siempre de su grey. Uno de sus recuerdos más gratos es cuando les ofrecía a quienes memorizaban las oraciones como premio “una entrada al cine y dulces”; sin embargo, “siempre nos premió a todos”, dijo.
“El profeta Romero está inspirado en el Evangelio, en la Palabra de Dios. Monseñor Romero fue una voz de Dios, que expresó la liberación que Dios propuso en su venida, ofreciendo a los necesitados, a los más pobres la justicia, y esto sucedió en la práctica de su pastoral”, señaló.
En cuanto a su muerte martirial, el obispo Gómez aclaró que Monseñor Romero, encarnado en un profeta, fue martirizado. Y que en las páginas de la Biblia se ha destacado en la historia de profetas mayores y menores. Y ahí se encuentra en la actualidad la pastoral de Monseñor Romero.
“Es digno, justo y muy importante que se haga memoria de este hombre que será eterno, porque está unido a la Palabra de Dios. Esa es la eternidad de Romero, lo que hacemos ahora recordándolo sobrepasa todos los días y los años en nuestras vidas, y más por la situación social y política que vivimos; es por esto que Romero será eternamente recordado”, resaltó. En cuanto a su canonización, el obispo luterano consideró que los santos entran en una divinidad, como lo declara la Iglesia Católica, en un aura de bendición, amor y, de forma muy trascendental, la paz.
“Monseñor Romero como profeta seguirá advirtiéndonos, denunciando y manifestándose contra la injusticia en su palabra profética y quedará vigente su pensamiento en donde la injusticia esté presente. Y su palabra estará vibrando en donde la justicia prevalezca, porque ahí precisamente tuvo éxito la Palabra de Dios”, reflexionó.