Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
El repiqueteo del teléfono a las seis de la mañana el pasado siete de marzo cambiaría por siempre la vida de Gaspar Romero. La voz de un amigo que reside en España le comenta la noticia de la decisión del papa Francisco de canonizar al Beato Monseñor Romero el próximo octubre, en Roma, Italia.
“Solo recuerdo que le dije, muchas gracias, y luego le di las gracias a Dios. Me levanté y empezó a sonar el teléfono, mucha gente avisándome, y otros preguntando si era verdad. En el internet y en la televisión ya estaban anunciándolo públicamente, atendiendo muchas llamadas de Ciudad Barrios que estaban felices. Y he hablado también con periodistas de Argentina, otros de Rusia, porque a Monseñor Romero lo conocen en todo el mundo”, reseñó.
Para Gaspar la santificación de Monseñor Romero en la familia lo llena de mucha honra y considera que es una gracia de Dios, y no solo para la familia, sino también en el pueblo salvadoreño.
“Yo siempre he dicho de Monseñor Romero que quiero que se sepa la verdad de él, que fue un hombre humilde, casi un poco tímido. Nunca creí que iba a pasar esto, pues cuando platicaba con algunos sacerdotes y les preguntaba, siempre terminábamos concluyendo, que nadie sabía, y solo el Papa sabía cuándo y dónde de la santificación. Yo lo que hacía era pedirle a Dios que me diera la oportunidad de estar con vida en esa fecha. Y creo que me lo va a permitir. El mensaje de Monseñor Romero es el perdón, es la humildad, porque era un hombre sencillo, sincero y caritativo”, enfatizó.
De Monseñor Romero, recordó que amaba sin ataduras a los pobres, como lo estableció en Santiago de María, Usulután, al darse cuenta que los cortadores de café dormían a la intemperie, en los alrededores del parque central tomó la decisión de alimentarlos y darles un techo.
“Monseñor Romero desocupó y prestó su oficina para que fueran a dormir ahí, los cortadores, porque no le gustaba que estuvieran en la calle y que se fueran a sus faenas sin comer, entonces logró formar unas comisiones de señoras de la población para que consiguieran alimentos, café y chocolate. Y así se les repartía a todos antes de irse a trabajar, pero eso sí, Monseñor Romero tenía una condición con ellos, antes de irse a trabajar tenían que ir a misa y al regresar por la tarde de las cortas tenían que ir a rezar el rosario. Así Monseñor Romero evangelizaba y ayudaba a la gente”, reseñó.
Sobre los milagros, Gaspar Romero cree profundamente estar salpicado por ellos, como sucedió al conocer a Carlos Colorado, quien ahora escribe y da seguimiento a la vida del Obispo Mártir en su blog “Súper Martirio” (polycarpi.blogspot.com), desde Estados Unidos, quien también trabaja junto al grupo que integra “Cultura Romeriana”, en El Salvador.
“Yo no conocía a Carlos Colorado, ni él a mí, y una vez que entré a un restaurante y ahí estaba él… y solo se acercó para decirme ‘de casualidad usted es pariente de Monseñor Romero’, y le respondí que sí, de inmediato se presentó y ahí nos hicimos amigos, luego nos extendimos a correspondencia y ahora hasta por internet somos amigos, y es porque Monseñor Romero es universal, es de todos”, subrayó.
Otro recuerdo grato que compartió Gaspar Romero fue el homenaje a los “Mártires del Siglo XX”, realizado por el gobierno de Inglaterra, en la Abadía de Westminster, donde comparte con otros defensores de derechos humanos como Martin Luther King.
“Por Monseñor Romero he podido asistir a homenajes que le han hecho internacionalmente como en Londres, recuerdo que salió en un pedacito de noticia en un periódico que le iban a hacer un acto de honor en Abadía de Westminster a Monseñor Romero, entonces les escribí como hermano de Monseñor Romero, para agradecerles y luego vino a casa el embajador de Inglaterra para avisarme que la Reina Isabel quería saber si podía viajar a la ceremonia, fue algo muy impresionante, conocerlos y el homenaje que les rindieron a todos esos mártires”, recordó.
Sobre el legado y mensaje de Monseñor Romero sostuvo que deben conocer a fondo su vida y su obra, “él fue sencillo y humilde con amor profundo por Dios y la Virgen María, y disfrutaba de compartir con los campesinos, con los pobres, siempre le gustó la verdad y el perdón”, recalcó.
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