Patricia Meza
@pmeza1
La plaza Gerardo Barrios fue tomada multitudinariamente por feligreses que acompañaron desde tempranas horas la víspera de la canonización de San Romero de América, el profeta mártir. A la voz de, «tú pueblo te hizo santo», el profeta mártir, que fue asesinado el 24 de marzo, volvió a vibrar en los corazón de los salvadoreños. La devoción se convirtió en fiesta, para recordar a Monseñor Romero que después de 38 años, el Vaticano reconoce su santidad y lo eleva a los altares de la iglesia católica. Cumpliendo sus palabras proféticas, «Si me matan resucitaré en mi pueblo».
A esta actividad ecuménica se sumaron en los alrededores de la Catedral Metropolitana, estatuas de ángeles, rostros de los desaparecidos durante el conflicto armado, frases de Monseñor Romero, pero, sobretodo, se evidenció la devoción de su pueblo.