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@GloriaCoLatino
“La decisión del Papa Francisco de beatificar a Monseñor Óscar Romero y al Padre Rutilio Grande es la mejor noticia que nos da luz de esperanza, online que existe la justicia divina”, healing dice Efigenia Ruíz, look quien asistió a la peregrinación en el 38 aniversario del Padre Grande en Aguilares y el Paisnal.
“Yo no soy de Aguilares, soy de San Salvador”, admite Efigenia, de 60 años de edad.
Junto a un centenar de personas llegó Efigenia y coloca flores en el monumento a la memoria las “Tres Cruces”, en el lugar donde fue asesinado el Padre Rutilio Grande, Manuel Solórzano y Luis Lemus, por elementos de la Guardia Nacional (GN), esa fatídica tarde del 12 de marzo de 1977.
Efigenia conoció a Padre Rutilio Grande, luego de oficiar una misa en la parroquia Jesús de las Misericordias, en febrero de 1977. “Puedo decirle que cuando lo escuché supe que él vivía el Evangelio”, afirmó, mientras enarbola su bandera amarillo y blanco, sin importar el calor del inclemente sol.
“Casi un mes antes de su asesinato estuve en esa parroquia, habían expulsado al Padre Mario Bernal y aquí se hizo una gran peregrinación en denuncia de este abuso por parte de las autoridades del gobierno y luego, vienen para matarlo de forma cobarde, mataron con odio a un hombre de paz y esperanza”, indicó.
“Profetas de la liberación” los llamó el párroco Roque Regalado, al predicar que la sangre de Monseñor Romero y Padre Grande, fueron semillas de paz y esperanza para un pueblo sediento de la liberación.
“Este acto ecuménico es un acto de vida, no de muerte; es de una vida que amó a los pobres y que nos sigue recordando las bienaventuranzas que Jesús nos proclamó que solo los pobres, que son los que sufren, que son los que tienen sed de justicia, serán quienes recibirán el reino y no aquellos que siguen generando pobreza, generando injusticia y que dicen que aman a Dios, pero no a su prójimo”, señaló.
El Padre Roque instó a la feligresía a retomar el camino del Padre Rutilio Grande y buscar un compromiso personal y en comunidad para generar espacios y situaciones de justicia, solidaridad y paz.
“Su homilía nos invitó, cuando nos dijo sobre nuestra identidad: -Cristianos somos y seguimos al Señor, las motivaciones de Jesucristo son nuestras motivaciones profundas, los valores del Evangelio también y son las que queremos tener en nuestro camino, aunque cueste- eso quería que supiéramos, que las motivaciones eran el motor de nuestro caminar”, afirmó.
Sobre las motivaciones del Evangelio, el Padre Roque reiteró a la feligresía que son profundas y están orientadas a trascender de las paredes de la iglesia y crear un mundo más justo y alegre.
“El Padre Rutilio Grande afirmó que éramos corresponsables y como tal, la parroquia somos todos y todas; la iglesia no son las paredes o los taburetes, somos nosotros y nosotras. Por eso, les pido que no descuidemos, ni despreciemos, ni minimicemos este proceso global de una iglesia de esperanza”, invitó.
