Redacción Nacionales
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La agencia calificadora Moody´s rebajó a la categoría Caa3 la calificación de El Salvador debido a los posibles riesgos que presenta el país de caer en impago. La agencia ya había bajado la calificación el año pasado de B3 a Caa1, pero en esta semana empeoró pues existe la posibilidad que el Estado no pueda honrar sus deudas a nivel internacional.
La calificación Caa3 es apenas un escalón arriba de que pueda declararse oficialmente en impago; esta situación se da en el contexto de que el país no logra un acuerdo de asistencia financiera con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la deuda pública acumulada es significativa.
Según señaló el documento, la decisión de Moody’s de bajar las calificaciones de El Salvador refleja una mayor probabilidad de un evento crediticio (reestructuración, canje en dificultades o incumplimiento) con una gravedad relativamente alta”, pues el país “enfrenta un cronograma desafiante de amortización de deuda con vencimientos de bonos en 2023 y 2025 en un contexto de continua tensión de financiación y necesidades de financiación persistentemente elevadas”.
Justamente, la deuda a corto plazo que El Salvador debe pagar en enero 2023, donde tendrá que asumir costos por 800 millones en eurobonos.
La calificadora sostuvo que la rebaja incorpora la expectativa de Moody’s, en el sentido de que habrá grandes pérdidas materiales para los inversores antes de los dos próximos reembolsos de bonos.
Hasta julio del año pasado, El Salvador tenía una calificación de B3, pero bajó a Caa1; justo tres meses después de que el Ejecutivo tomara control de la Asamblea Legislativa, el Órgano Judicial y la Fiscalía General de la República. En esta semana la calificación bajó a Caa3.
La agencia Moody’s consideró que si el Gobierno encuentra alguna forma de manejar las presiones de financiamiento a corto plazo, el país seguirá latente con las presiones de financiamiento que comprometerían su capacidad para cumplir con sus compromisos de deuda en su totalidad.
A esto se le suma, el acuerdo por $1,300 millones que el Gobierno no puede cerrar con el Fondo Monetario Internacional. De hecho, con las declaraciones del ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, el acuerdo está más lejos que cerca, ya que según dijo, al FMI lo buscaron para mantener las relaciones y no por un tema de dinero.