Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
El sacerdote Nelson Menjívar, en la misa celebrada en la Cripta de Catedral Metropolitana, citó el mensaje del Arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, en el que llama a la feligresía al “rechazo de la explotación minera”, agregando que la mayor riqueza de un un país es la vida de su pueblo.
El religioso citó que la franja territorial que supuestamente contiene el oro, se encuentra al norte del país, y que de realizarse la explotación minera era innegable que por gravedad poco a poco se irán contaminando los mantos acuíferos, incluído el río Lempa.
“En un país pequeño y poblado como el nuestro, el efecto negativo se multiplicaría, como lo citó la CEDES, y del Laudato Si, Cuidemos la Casa de Todos, escrito por el santo papa Francisco, el 3 mayo 2007)”, refirió el sacerdote.
La Comunidad Monseñor Romero de la Cripta de Catedral celebró, además, el nacimiento de Jesús, que el próximo 24 de diciembre, a la medianoche, asume su naturaleza humana en el vientre de su santa madre la Vírgen María, así como su misión de salvar a la humanidad.
En la procesión de ofrendas la Comunidad Monseñor Romero presentó la “Corona del Adviento” con sus 4 velas encendidas, por ser el símbolo de la “inmensa luz”, que Jesús trae al mundo.
Sobre la figura de Monseñor Romero, en la actualidad, integrantes de la Comunidad Monseñor Romero reiteraron que él sigue convocando e invitando a un cambio sustancial de cada persona y en colectivo.
“Monseñor Romero nos sigue llamando con el amor que tuvo con el pueblo más sufrido, que es su pueblo más pobre y acompañó en su alegría, pobreza o escasez y en su lucha porque somos un pueblo que lucha y seguiremos ante las amenazas que enfrentamos”, dijo Reina de Rivas.
El sacerdote Nelson Menjívar también llamó a la conversión espiritual, sin caer en celebraciones que no están relacionadas con el verdadero motivo de la “Navidad”, es decir, el nacimiento de Jesucristo en Belén, y que para la humanidad comprenda que su salvador lo hace en un escenario humilde lleno de paz espiritual.
“A veces por no caer mal aceptamos el pecado, y nos dejamos llevar por la corriente, démosle la apertura al Señor en nuestro corazón y que la Navidad no sólo se convierta en esos momentos de alegría falsa, sino un Cristo que verdaderamente nos lleve a un cambio de nuestras vidas y poderlo transmitir a los demás”, concluyó el religioso.