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Elías Mejía Figueroa, coordinador de la Asociación de Profesionales Agropecuarios del Alba. Foto Diario Co Latino / Josué Parada.

Movimiento agropecuario impulsa el uso de los materiales genéticos criollos

@AlmaCoLatino

Comercializadores de granos básicos, look disfrazados de dirigentes campesinos, coordinados y financiados por grupos de interés han iniciado una campaña con el objetivo de sembrar semilla transgénica, totalmente prohibida en Europa, así lo aseguraron Elías Figueroa y Bayron Serpas, representantes del movimiento de profesionales agropecuarios de la iniciativa del ALBA.

Los profesionales agropecuarios conversaron en exclusiva con Diario Co Latino donde señalaron los efectos nocivos en el uso de transgénicos, entre los que está la aparición de nuevas alergias por introducción de nuevas proteínas en los alimentos, resistencias a antibióticos en bacterias patógenas para el hombre, aparición de nuevos tóxicos en los alimentos, incremento de la contaminación en los alimentos por un mayor uso de productos químicos en la agricultura y disminución en la capacidad de fertilidad.

– Cuándo se creó el movimiento?

Nace en 2014, se constituye como un movimiento creyente  de la necesidad de un cambio en El Salvador y de continuar los procesos iniciados en el primer gobierno de izquierda del presidente Mauricio Funes.

El movimiento se constituye por profesionales tanto de diferentes instituciones del Estado como de organizaciones privadas. Profesionales de diferentes disciplinas, dominando los agrónomos; asimismo, hay arquitectos, ingenieros civiles, economistas, sociólogos.

– Cuántos profesionales integran el movimiento?

Al momento 70 profesionales, que están constituyendo su personería jurídica, para conformarse como un movimiento independiente adscrito a la CIRAC, un movimiento con una capacidad analítica y propositiva, capaz de crear elementos técnicos relacionados a la seguridad alimentaria, cambio climático, análisis estadístico donde las fuerzas opositoras de la derecha señalan que los efectos de los fenómenos naturales son desastrosos.

El movimiento tiene una capacidad de manejo de información nacional e internacional y hace pronunciamientos.

-Por qué el movimiento se llama ALBA?

Se tomó esa iniciativa de nombrarlo así porque creemos en el proyecto latinoamericano de los diversos países que encaminan la iniciativa de los pueblos como Ecuador, Perú, parte del Caribe, son países que van a la vanguardia en el desarrollo tanto social como económico y tecnológico.

Somos un movimiento que apoyamos y conocemos de esta iniciativa latinoamericana que encaminan los presidentes de estos países, donde respaldamos esta alternativa social y económica para el país. La masa crítica profesional puede sumarse a este proyecto de los países del ALBA, así nacimos y respaldamos la gestión del presidente Sánchez Cerén.

– En su plataforma, ustedes están en contra de la semilla transgénica?

Como profesionales en la rama agropecuaria sabemos que los materiales genéticos modificados es una rama de la biotecnología. No estamos en contra de la biotecnología.

– Cuál es la diferencia entre transgénicos y biotecnología?

La diferencia es que los materiales transgénicos tienen genes manipulados, que son dañinos a la salud humana. Ejemplo, el maíz transgénico tiene dos genes, uno que es una bacteria para poder resistir a una plaga; y la otra es un gen que le inyectan para darle resistencia contra las malezas.

Esas bacterias inoculadas al consumirlas el ser humano, le va creando una resistencia de tal manera que le inyecta la capacidad de efecto de esa bacteria en el consumo de estos productos.

Por otro lado, estos materiales al crear resistencia en esta plaga crean una capacidad mayor de tolerancia, y eso hace que en el micro ambiente no se logre controlar con productos químicos, por lo que se tendrá un desequilibrio en la biodiversidad.

No es cierto que al utilizar estas semillas transgénicas tienen mayor resistencia a la sequía, los materiales genéticos producidos en El Salvador científicamente por el CENTA, con el apoyo de organismo internacionales, han generado un material genéticamente tropicalizado y una alta capacidad de resistencia a fenómenos climáticos, sin necesidad de utilizar materiales transgénicos que son altamente perjudiciales tanto a la salud como al desequilibrio en la biodiversidad. Por ejemplo, Honduras que ya entró a producir semilla trangénica ha caído en un problema, pues ha generado un desequilibrio en todos sus materiales genéticos criollos, ha habido una mezcla.

Un reporte del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos indicó que para 2011 en Honduras existían 29 mil 579 hectáreas de maíz trangénico, siendo uno de los cinco países en Latinoamérica que poseía ese tipo de cultivos.

Bayron Serpas, miembro de la junta directiva de la Asociación de Profesionales Agropecuarios del Alba. Foto Diario Co Latino / Josué Parada.
Bayron Serpas, miembro de la junta directiva de la Asociación de Profesionales Agropecuarios del Alba. Foto Diario Co Latino / Josué Parada.

– En Honduras estos productos han causado cáncer, está comprobado?

Sí, hay información sustentada, incluso por internet donde está demostrado casos de cáncer en el ser humano.

Entre tanto, Rusia ya determinó una ley para dejar fuera los productos transgénicos, porque son altamente perjudiciales a la salud humana, además de causar cáncer también provocan deformaciones no solo al ser humano, si lo utilizan en especies porcino u otro tipo de especies menores en la producción alimenticia.

Como profesionales del ALBA estamos en una lucha porque los materiales genéticos criollos que el país tiene, además de los híbridos que ha generado, como el H59 y las variedades Centa Pasaquina y Santa Rosa, son altamente resistente a los fenómenos climáticos, y con alta capacidad de rendimiento que supera a los transgénicos.

Los transgénicos son altamente demandante de insumos agrícolas, esa semilla no es capaz de producir en las condiciones del productor, es una semilla que requiere todo el plan de manejo de los productos químicos a nivel de fertilizantes, agroquímicos para tener los rendimientos esperados.

Los materiales que El Salvador tienen la capacidad de exportar y competir en otros países, conjuntamente con las empresas transnacionales, por la capacidad de rendimiento y tropicalización para las condiciones de los productores.

Se han hecho evaluaciones a través de CENTA a los materiales transgénicos y a los criollos, y no han podido superar el nivel de rendimiento de los materiales nacionales.

Es una estrategia de la derecha de dañar la capacidad genética de los materiales del país, afectar la producción nacional y los miles de familias y productores que están en este rubro; que generan una alta cantidad de empleo y de ingresos, que fortalecen la seguridad alimentaria.

– Hay una disputa del mercado?

El precio de las semillas transnacionales es superior a la nacional, pese a que la semilla criolla es altamente competitiva, ellos se vuelven proveedores en la cadena alimenticia.

El productor local cuando cosecha, ya sea para consumo o con un excedente para la venta, pero a la vez guarda semilla para poder producir el próximo año, con estas semillas transgénicas lo que ocurre es que se debe ir a comprar la semilla otra vez, además les venden los insumos agrícolas.

– Es cierto que estas semillas transgénicas son estériles?

Efectivamente son estériles, la clave está en oponerse a mercantilizar la semilla. Desde el plan de agricultura familiar se ha probado que hay capacidad para hacer productores de semilla, con muy buenos rendimientos.

– Qué pasa con el tema del TLC, ante el recurso presentado por Alfredo Cristiani, cómo enfrentar este problema?

Cuando se planteó el tema del Fomilenio, Estados Unidos no dejaban pasar los fondos si El Salvador no les permitía ser proveedores de estas semillas. Al final se probó que la competencia de semilla local es igual o mejor, por lo que se aprobaron los fondos.

En el marco del TLC, esa era una de las presiones de la embajada de Estados Unidos para firmar el Fomilenio II, primero que se abriera la competencia de la compra de la semilla, que no hubiera un mecanismo de excepción, sino que fuera de libre competencia.

El ministerio de Agricultura y los productores entraron a un proceso de libre competencia donde participaron empresas transnacionales y productores nacionales, al evaluar las propuestas bajo las especializaciones técnicas que demandaba el comprador resultó que las ofertas transnacionales no están validadas en diferentes territorios, lo cual implica técnicamente que una semilla debe estar probada en diferentes condiciones para que tenga opción.

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