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Gloria Silvia Orellana
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El movimiento ambientalista reiteró su petición de que declaren el “Cerrito de Quezaltepeque un bien sagrado de la comunidad”. Lo anterior, porque este provee de agua a las comunidades aledañas y es el hogar de numerosas especies.
El pronunciamiento del movimiento ambientalista se da en reacción a las declaraciones del representante legal de SALTEX a Diario Co Latino, quien afirmó que cuentan con un “derecho adquirido” otorgado a través de resoluciones y contratos donde el Estado les ha otorgado el permiso de explotar el material pétreo de El Cerrito. Además, de que la empresa cumple a “cabalidad” la licencia de explotación por dicha actividad.
“Defendemos la vida y la naturaleza por encima de intereses económicos y extractivos”, manifestó el Movimiento Ecofeminista de El Salvador, conformado por la Asociación Nayarit Mujeres y Juventudes, la Asociación de Mujeres Ambientalistas de El Salvador (AMAES), la Colectiva de Mujeres Kawoq; Cicla 28, Foro del Agua, la Federación de Pueblos Originarios del Sur y mujeres ambientalistas independientes,
El Movimiento Ecofeminista de El Salvador también hizo del conocimiento público que el pasado 31 de mayo se cumplió un año de la visita que funcionarios del Juzgado Ambiental realizaron al lugar, con la misión de inspeccionar la destrucción en El Cerrito de Quezaltepeque, debido a la extracción de material pétreo por parte de diversas empresas, que incluye al Ministerio de Obras Públicas (MOP) y otras empresas privadas.
“Esta actividad ha generado graves pérdidas y daños ambientales, afectando a las comunidades de Santa Rosa Arriba, Santa Rosa Abajo, San Francisco y otros cantones de Quezaltepeque”, afirmó el Movimiento Ecofeminista de El Salvador.
¿Por qué mantendrán la defensa de El Cerrito?
El colectivo de organizaciones ambientalistas y mujeres reiteró que mantendrá esta postura de defensa de El Cerrito, por el “principio de prevención y precaución”, dado que en materia ambiental la prevención permite la generación de medidas anticipadas ante los riesgos que representa la explotación en esta eminencia de terreno.
Mientras que el principio de “precaución” se vincula a consolidar los efectos de un daño ambiental y que no pueden conocerse a mediano o largo plazo.
“Alegamos que las intenciones de destruir y construir sobre el espacio ecológico de El Cerrito deben prevenirse para evitar mayor reducción de la zona verde”, señala.
“Nos fundamentamos jurídicamente en la postura de anteponer el interés público sobre el interés privado, que se refiere a que aunque existen títulos de propiedad estos bienes son de uso público y no deben estar en el tráfico comercial. La afectación al derecho de propiedad de una de las partes durante la medida cautelar y el proceso es superada por la protección de los derechos colectivos de los habitantes”, alegó el Movimiento Ecofeminista de El Salvador.
el movimiento ambientalista tambié hizo referencia al “derecho a un medio ambiente sano y equilibrado, a la salud y a una calidad de vida digna” establecidos en los artículos 2 ,65, 69 y 117 de la Constitución, tras agregar que las relaciones contractuales que afecten derechos colectivos deben estar sometidas a las normas constitucionales y legales de protección ambiental.
El colectivo de organizaciones ambientalistas exigió a las empresas que extraen material pétreo, como SALTEX, “a no tomar acciones violentas ni represalias contra las defensoras ambientales o las comunidades”.
Asemismo, exhortaron al gobierno y el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) a aclarar los contenidos de los “permisos ambientales” otorgados y detener el daño ambiental en El Cerrito de Quezaltepeque.
“Exigimos a la Cámara de Medio Ambiente cumplir con su función en pro de la biodiversidad y respetar los artículos del manual de legislación ambi
