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Movimiento Ecofeminista fortifica su espacio político y resiliente

Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino

“El primer objetivo es fortalecer el Movimiento Nacional Ecofeminista, prepararnos para cohesionarnos, para seguir caminando, y seguir demandando nuestros derechos frente a las potenciales afectaciones de los megaproyectos”, manifestó en entrevista exclusiva con Diario Co Latino, Carolina Amaya, del Equipo de Dirección de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) y del Movimiento Ecofeminista de El Salvador.

El Tercer Encuentro Ecofemista, denominado “Trenzando Saberes para Defender Nuestros Cuerpos y Territorios” El Salvador 2023, se realizará entre el 17 al 19 de noviembre, que aspira a unificar confluencias, experiencias y saberes de mujeres representantes de Mesoamérica.

En el encuentro se abordarán  temas como la construcción colectiva de las alianzas y el acuerpamiento de luchas nacionales y regionales, señaló Carolina Amaya. “Los resultados del Encuentro nos servirán para seguir resistiendo estos retos y fenómenos climatológicos que pueden ser desde muchos puntos de vista, impactantes para las mujeres”, agregó

– ¿Carolina, por qué denominar el encuentro como Trenzando Saberes?

Porque reconocemos que el mundo es biodiverso, y las mujeres somos biodiversas, y en esa biodiversidad de colores, sentires, identidades, se construyen los conocimientos, la sabiduría y esos saberes que nos permiten continuar con nuestras resiliencias y resistencia.

Por lo que nosotras consideramos que debemos de caminar hacia una justicia ecológica, justicia climática –ojo, no decimos justicia ambiental-, porque uno de nuestros desafíos y paradigmas es también transitar de un antropocentrismo u androcentrismo hacia un biocentrismo.

Estamos reiterando poner al centro a la vida, y reconocernos como mujeres que somos una parte de la madre tierra, somos parte de esta biodiversidad, entonces, la justicia no es solo para nosotras, sino que también para las otras especies y bienes. Por eso nos encontramos en este Tercer Encuentro Ecofeminista.

– ¿Qué aportes ha venido edificando la UNES, junto a las comunidades?

La UNES reivindica a las ecofeministas y las transformaciones que el planeta necesita, al igual que estas sociedades necesitan, y que estos contextos actuales necesitan, sean ecofeministas o no. No podemos hablar de transformaciones si no reconocemos que formamos parte de esta biodiversidad.

Sin embargo, no podemos avanzar si no reconocemos tampoco, que esta madre tierra tiene límites y que el modelo capitalista y modelo de extracción de los bienes naturales que no reconoce límites, siga de manera abusiva e intensiva, poniendo en riesgo a la especie humana y otras especies. Y que nos ha llevado a estas crisis.

No podemos seguir ningún estilo de vida, que es capaz de ignorar que la madre tierra tiene límites y que hemos sobrepasado a muchos de estos. Es por esto, que necesitamos reconstruir nuevas relaciones de respeto, de armonía, restaurando la biocapacidad de la madre tierra o no podremos seguir compartiendo y existiendo con el resto de las especies.

– ¿Por qué se ha tratado de minimizar los aportes históricos y actuales de la mujer en el rescate de los ecosistemas?

Porque el sistema capitalista ha enlazado finamente una relación de explotación de los territorios, de los bienes naturales y también de los cuerpos de las mujeres. Y ambos sistemas terminan sosteniendo el modelo extractivista de los bienes naturales de la madre tierra.

El sistema capitalista es patriarcal también, que se sostiene por medio de los cuidados que las mujeres hacen en su entorno, de cómo sostienen a sus familias, de cómo sostienen a la comunidad y el planeta.

Y esa es la relación ecofeminista que queremos fortalecer, juntarnos y tener claro que hay un sistema de explotación y que en este sistema tanto de los bienes naturales, como de los cuerpos y vidas de las mujeres, se sostienen estos dos sistemas patriarcal y extractivista que son insostenibles por la biocapacidad del planeta y con la biocapacidad de las mujeres.

– ¿Cuál es el desafío?

En esa relación Ecofeminista nos juntamos en el desafío de reconstruir nuevos paradigmas, a trabajar nuevas relaciones de respeto con la madre tierra -en donde nosotras- somos parte de y no somos la especie dominante ni estamos por encima de la madre tierra.

En el Tercer Encuentro tenemos cuatro grandes temas, primero, partir de que nosotras somos parte de; somos más biocentristas y nos desconectamos como especie dominante para reconocernos como parte de la madre tierra.

Y es por eso que tendremos la participación de compañeras internacionalistas, con las que vamos a iniciar la jornada del Tercer Encuentro Ecofeminista, vamos a reconectar con los bienes naturales a partir de una conexión energética y ecológica.

– ¿Qué esperan como resultado de este primer tema?

El primer acuerdo colectivo será el primer saber que tendremos, reconociéndonos, encontrándonos y conviviendo como parte de, y no sobre de o como especie dominante.

Nos reconoceremos como una más, que depende de las otras y que somos las más débiles sin esa naturaleza, y que la humanidad es una especie más pero destructora y reconocer la deuda con la madre tierra, pero sabemos también que no han sido las mujeres las que hemos hecho daño a la naturaleza.

Es un perdón por todo este daño a la madre tierra, pero insisto, no las mujeres, sino vernos como nación con el Sur global, porque han sido las potencias más desarrolladas, los sistemas más consumistas quienes han destruido los ecosistemas, que entendamos como nación que hay un Norte y Sur; que existe una clase social explotadora, extractivista que ha hecho mucho más daño a los bienes naturales por ganancias.

– ¿Cuál es el planteamiento de la crisis ecológica, desde el ecofeminismo?

Sobre la crisis ecológica y la deuda histórica tenemos a una economista y ecologista del país, que nos va poner al tanto, en la realidad, luego de habernos reconocido y unido como movimiento.

Se hará un análisis de la crisis ecológica para sentar las bases en donde estamos y a partir de esos saberes colectivos, cómo podemos avanzar hacia gestiones y alternativas que abonen a la resiliencia y también resistencia. Además, la mayor parte de las compañeras que van a participar tiene una amplia militancia en la defensoría ambiental del territorio, desde las luchas por las represas, la lucha contra la contaminación de la industria extractora de la caña de azúcar y la defensa de reservas acuíferas ante megaproyectos urbanísticos que destruyen bienes naturales y culturales, en donde la mayoría de las compañeras han alzado sus voces y defienden sus territorios.

– ¿Cómo abordarán el tema del clima desde un país en vías de desarrollo?

El tema del clima desde la mirada feminista es pasar a la justicia ecológica, a la justicia climática, porque es desde las mujeres y de la vivencias y conocimientos que estas compañeras han acumulado a través de la militancia, de la defensa que han hecho y su formación académica, estas mujeres hablarán sobre las reivindicaciones feministas, en ese enfoque de justicia climática.

Y claro, vamos a recibir orientación hacia dónde deben ir las demandas para levantar la voz y cómo fortalecer el trabajo desde los territorios, porque las mujeres son más fuertes y resilientes ante las afectaciones y los impactos que nos traen estas injusticias climáticas.

– ¿Qué hay de los verdaderos responsables de estas crisis climáticas?

Sabemos que quienes han provocado esto, son otros y generalmente son poblaciones blancas, controladas con poder hegemónico de hombres y quienes han hecho un uso intensivo y abusivo de la biocapacidad de la madre tierra.

Y que este abuso intenso tiene toda la intención de sostener un estilo de vida, ya insostenible con la biocapacidad del planeta. Y no es posible que debemos sostener ese estilo de vida a ese grupo, a costa de las afectaciones de las mayorías y que estos extremos climáticos le causan a la vida de las mujeres rurales e indígenas y los ecosistemas, indispensables para la vida.

– ¿Cómo evalúan la criminalización del movimiento social que defiende derechos humanos?

Analizaremos como pasar de la reflexión a la acción, como fortalecemos de manera colectiva a partir de los saberes, de compartir las experiencias de esas luchas en los territorios  y de los cuerpos de las mujeres, orientar acciones concretas que nos permitan sentirnos acompañadas, informadas, acuerpadas para todo lo que viene que consideramos será una avalancha de megaproyectos y proyectos, que van a traer despojos, desplazamientos forzados, como los que están ocurriendo actualmente, pero pueden agudizarse y por supuesto, nos tenemos que fortalecer.

La aspiración es actualizarnos y fortalecernos en los contextos en que estamos viviendo en este momentos, ya sea en términos ecológicos, climáticos y en términos de colectividad ese es el primer objetivo frente a la criminalización y persecución del movimiento social.

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