Rolando Alvarenga
Escalofrío causa escuchar que se invertirán millones de dólares -procedentes de los impuestos del pueblo- para organizar los Juegos Deportivos Centroamericanos de Santa Tecla 2021.
Y es que se habla con tanta sangre fría sobre la inversión, como si El Salvador fuera una de las potencias industrializadas del mundo que deba organizar Juegos Olímpicos o Campeonatos del Mundo.
Con la voz de la experiencia y consciente del país en el que vivo -abatido por cualquier cantidad de problemas, entre ellos el hambre- considero que es un despilfarro y un lujo que el país no se puede dar.
De hecho, los millones que se invertirán en la justa incrementarán la hipoteca que nuestros hijos, nietos y bisnietos pagarán en concepto de deuda externa.
Para los que no andan en la jugada, los Juegos Centroamericanos son deportivamente muy pobres porque los atletas, salvo algunas excepciones, están lejos del nivel de los campeones panamericanos, europeos, asiáticos, etc.
En el caso de El Salvador, como quedó demostrado en Managua 2017, podría ser superado por Guatemala que incluso podría prescindir de su contingente de primer nivel.
Con respecto a la infraestructura, ¿para qué invertir tanto?, si siempre se han construido escenarios para salir del apuro, pero no se aprueba un presupuesto para su mantenimiento constante.
Hay ejemplos, la infraestructura de los COQUIN 1994 y los ODECABE 2002 está postrada y pidiendo a gritos ser reconstruida.
Ahora, si la alcaldía o la empresa privada ponen el billete, ¡es otra cosa!