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A los 88 años de edad falleció Luis Argueta Antillón, economista, académico y exrector por tres ocasiones de la Universidad de El Salvador (UES). La primera vez fue en 1979, luego desde 1986 hasta 1990, y de 2015-2017, cuando instauró el Programa de Educación a Distancia, para que los estudiantes continuaran las clases a través de la tecnología virtual. Además, se destacó por su lucha revolucionaria, trabajó con ahínco, amor hacia el Alma Mater y al pueblo, con el que se identificó toda su vida.
Los dos primeros periodos como rector coincidieron con el conflicto armado en el país, donde luchó por la liberación de docentes, trabajadores administrativos y estudiantes de la UES, esto gracias a su denuncia y gestión internacional con organismos sociales. En 1986 fue el rector que propuso al Consejo Superior Universitario (CSU) la creación de la Secretaría de la Mujer y envió a Costa Rica el primer contingente de mujeres de la UES a capacitarse en Derechos de las Mujeres Universitarias, a través del Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA).
Argueta Antillón nació el 16 de julio de 1932, se graduó de licenciado en Ciencias Económicas de la UES, obtuvo estudios de posgrado en economía de América Latina en la Universidad de Chile, desde la década de 1970 fue catedrático e investigador, también fungió como director de centros de investigación y economista de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA).
Argueta Antillón tenía conocimientos en Planificación Estratégica para el Desarrollo, en Integración Económica Regional, en gestión de la educación superior con énfasis en evaluación y acreditación; y en formulación, evaluación e implementación de proyectos. En 1977 presentó el Manual de Contabilidad Social, además, publicó el libro “La economía salvadoreña, en 1984: algunos elementos de análisis”, fue autor del texto “Fuentes para el estudio de la crisis centroamericana”; y Problemas de Población Educación y Desarrollo en El Salvador.
La Universidad Simón Bolívar de Colombia le otorgó un Doctorado Honoris Causa, también recibió este mismo honor de la Organización de las Américas para la Excelencia y Ética Educativa (ODAE), y en 1985 el Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas (COLPROCE) lo reconoció como economista del año.
Los familiares y amigos lo recuerdan como un hombre leal, entregado a la lucha inclaudicable por la educación como instrumento de transformación social, ejemplo de coherencia y conciencia firme hasta el último aliento.
