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Víctima de un infarto falleció ayer el ícono del béisbol salvadoreño, José Luis Marroquín. Bajo el seudónimo popular de “Marro”, fue un apreciado personaje que durante más de treinta años y las diferentes trincheras estuvo ligado al beis nacional. Con entrega total a este deporte que tanto amó, siempre dejó muy en alto el nombre de El Salvador.
Entre sus muchas páginas escritas, destaca cuando en 1990 formó parte del seleccionado nacional que derrotando a Nicaragua y bajo la dirección técnica de Jorge Bahaia Junior, ganó la medalla oro en los Juegos Centroamericanos de Honduras. Gesta histórica e inolvidable de la que siempre sacaba pecho cuando conversaba con sus amigos, familiares y fanático de la pelota chica. Como beisbolista de primer nivel, defendió en varias oportunidades y con buen suceso, los colores patrios.
Aparece en su foja deportiva que laboró como manager en la categoría mayor en las diferentes selecciones infanto-juveniles y mayores. Su carrera como técnico fue amplia y productiva forjando a cientos de jóvenes prospectos en el país. Impartiendo y compartiendo su rica y privilegiada experiencia, trabajó para las Academias de la Zacamil, Santa Ana y Bengoa.
Como anotador oficial y estadígrafo, el popular “Marro” fue vital y constante colaborador de la Liga Nacional de Beis en los últimos años y le metió el hombro a la FEDEBEIS a la hora de trabajar por el desarrollo de las pequeñas ligas y otras actividades federadas. “Es por tal razón que la junta directiva federativa del beis se solidariza con el profundo pesar que sufren sus familiares y la gran familia del beis nacional en general”, dijo German Espinoza, gerente administrativo de la federación.