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Redacción Nacionales
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Este fin de semana fue sepultado el pastor José Mauricio Quintanilla, de 32 años, luego de haber sido capturado en el Régimen de Excepción y encarcelado. Como él, otras decenas de personas han fallecido dentro de los centros penitenciarios por peleas internas o negligencia estatal, ya que impiden la entrega de medicamentos. Los restos de Quintanilla fueron enterrados en el cementerio general de San Miguel este 6 de agosto, dos días después de haber fallecido en el hospital Zacamil, de San Salvador. Según la familia del fallecido, Quintanilla se desempeñaba como predicador del Tabernáculo Bíblico Emanuel en San Miguel. También, era emprendedor, pues fundó una empresa que comercializaba golosinas y semillas embolsadas a diferentes locales de la zona oriental del país; la empresa es “La Tradición”. La página de Facebook de Radio Cristo Viene 1170 AM-Tabernáculo Emanuel publicó su sentido pésame sobre el lamentable hecho. “Lamentamos la separación física de nuestro hermano Mauricio Quintanilla Medrano, quien fue un miembro activo, que dio testimonio de haber agradado a Dios mientras estuvo en la tierra”.
Según las declaraciones de los familiares detenidos, Quintanilla habría fallecido de un edema pulmonar, es decir, acumulación de líquido en los pulmones.
Sus familiares manifestaron que a Quintanilla le hicieron una autopsia, le abrieron desde la mandíbula hasta el abdomen y también en la parte de atrás de la cabeza, quizá por un posible golpe. “Nos gustaría saber por qué, aunque mi cuñada lo revisó y dice que no tenía signos de lesiones o golpes al frente, pero atrás no se vio”, comentó la hermana del fallecido.
La captura de Quintanilla ocurrió el 25 de junio, momento en que se encontraba junto a su pareja en un comedor del municipio. Los familiares aseguraron que Quintanilla no era un delincuente, tal y como los agentes lo tildaron en su momento y por el cual, se le impidió salir de la cárcel.
