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Yanuario Gómez
@DiarioCoLatino
Con motivo del inicio del periodo agrícola en el país, la Fundación Salvadoreña para la Reconstrucción y el Desarrollo (REDES) junto a lideresas de las comunidades, presentaron un análisis del contexto actual de las mujeres rurales en El Salvador.
Según este estudio, las mujeres de las comunidades agrícolas en el territorio nacional sufren desigualdad, ya que su aporte a la agricultura no es reconocido. Sus salarios son más bajos que los de los hombres y tienen dificultades para acceder a recursos productivos que les permitan mejorar la situación de pobreza en que viven.
“La situación de las mujeres rurales no es alentadora, ya que su aporte a la agricultura se mantiene invisibilizado y es poco valorado. Solo el 32% de agricultoras es considerada como Población Económicamente Activa (PEA), el resto son vistas como personas que no generan ingresos económicos, no se reconoce su aporte mediante el trabajo doméstico y el cuidado de los hijos”, dijo Evelin Martínez, Investigadora de REDES.
Según la investigadora, los salarios de las mujeres en la zona rural son 23% menores a los de los hombres, esto constituye otra forma de discriminación ya que no se les considera como agricultoras sino como amas de casa.
“Nuestras jornadas de trabajo a veces pueden llegar a las 18 horas, cuidando a los hijos, preparando la comida, además de ayudar al esposo en el trabajo de la tierra, en las cosechas” explicó Vanessa Blanco, lideresa rural del caserío Los Planes, San Bartolomé Perulapia.
Según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples, del total de personas propietarias de tierras agrícolas, solamente el 14% son mujeres, lo que las obliga a alquilar tierras para poder realizar su producción agrícola de subsistencia, además solo un 10% de estas tiene acceso a créditos.
“Estas desigualdades en el control de recursos económicos y productivos, salarios y la invisibilización del trabajo de cuidado de la familia, significa para las mujeres del campo mayores niveles de pobreza, lo que repercute en precarias condiciones de salud y educación”, manifestó Martínez.
Para las participantes en el análisis de dicha problemática, si bien es cierto que en los últimos años se les ha comenzado a incorporar en los programas agrícolas, la situación que atraviesan las mujeres rurales, por su condición de género, en cuanto a sus demandas aún existe una gran deuda por saldar
En relación a esto, la fundación REDES junto a mujeres agrícolas piden al Órgano Ejecutivo que se reconozca el aporte de las mujeres en la agricultura y se les garantice el acceso a medios de producción como agua, tierra, semillas, reservorios y asistencia técnica y financiera, también, mayores espacios de participación y decisión política.
A los gobiernos municipales y locales, exigen una estrategia multisectorial de igualdad basada en Derechos Humanos, apoyo a la agricultura familiar con énfasis en agroecología, promover los liderazgos de mujeres jóvenes, abrir espacios para que las mujeres puedan asumir responsabilidades y toma de decisiones en la organización de sus comunidades.
