Licda. Norma Guevara de Ramirios
@guevara_tuiter
Los humanistas de siglos pasados al expresar la crítica a los males sociales y el sueño de un mundo mejor llegaron a presentar en la literatura la construcción de un país imaginario, rx help inexistente pero deseable en el cual las cosas ocurren en armonía y equidad a la que Tomás Moro llamó Utopía. El significado de esta expresión ha asumido significados diferentes, cheap drugstore a quienes sueñan por alcanzar una sociedad más justa se les califica de utópicos; otros declaran que sus utopías o sueños les mueven para caminar hacia ellos. La equidad es un ideal, la igualdad entre hombres y mujeres es un sueño, una utopía que a lo largo de la historia ha impulsado a mujeres en todo el mundo a romper esquemas y alcanzar logros desde los cuales seguimos y seguiremos luchando.
En 1,810 las mujeres socialistas de Europa encabezadas por la maestra alemana Klara Zetkin propusieron que se celebrara el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, aquél movimiento fue cobrando fuerza, impulsó organización de mujeres que algunos países podría parecer marginal y fue descubriendo paso a paso la justeza de una lucha contra la discriminación de la mujer, la esencia de la sociedad capitalista y patriarcal. La Federación Democrática Internacional de Mujeres FDIM logró reunir a organizaciones de mujeres de todos los continentes y con el reconocimiento de Naciones Unidas fue una de las impulsoras del reconocimiento por esta entidad mundial de una agenda y un reconocimiento que convierte en mandato a los Estados trabajar por el reconocimiento de los derechos de las mujeres.
En nuestro país la Asociación de Mujeres Progresistas de El Salvador AMPES obtuvo en 1974 el reconocimiento de organización miembro de la FDIM. Desde otras vertientes el sufragismo fue una corriente con exponentes dignas de reconocimiento en Europa, Estados Unidos y nuestra América Latina, nuestro país alcanzó en la constitución de 1939 el reconocimiento de las mujeres a votar y es hasta en 1950 que nuestras mujeres ejercieron ese derecho que de manera práctica exigió décadas atrás Prudencia Ayala al solicitar ser inscrita como Candidata a la Presidencia de la República. La negación a su solicitud puso de relieve el desconocimiento legal a un derecho que hoy gozamos.
Mujeres han luchado por hacerse ver y escuchar en el campo de la ciencia, de las letras, de la política y ante todo de la sobrevivencia cotidiana. Disminuir horas de trabajo, aumentar los salarios, ser respetadas como maestras, cada una de estas dimensiones expresa la batalla de mujeres de todas las condiciones y en todos los tiempos, en la dominación colonial luchadoras por la independencia, en la República por los derechos económicos, sociales, culturales y políticos. Si vemos hacia el pasado reciente, son muchos los logros y no cabe duda que habernos liberado de un régimen de dictadura y haber abierto paso a la democracia ha acelerado esos logros.
Ahora nuestras sociedades tienen metas que lograr para exhibir desarrollo sostenible, también se han vuelto visibles gravísimos sufrimientos que se padecían en silencio como la violencia por razones de género. Desde la firma de los Acuerdos de Paz hemos logrado reconocimiento legal, e institucionalidad apta para apoyar la lucha de las mujeres y para despertar conciencia en ellas y en toda la sociedad sobre la importancia de la igualdad. Ciudad Mujer, legislación que penaliza la violencia en contra de las mujeres y el trato discriminatorio son de los más recientes.
Queda mucho por hacer para alcanzar la utopía de una sociedad en la cual no exista la discriminación hacia las mujeres, ni la violencia contra las niñas y las mujeres, donde se paguen los salarios de modo igual por el mismo trabajo realizado sin importar si lo hace un hombre o una mujer, donde se tengan iguales oportunidades de asumir oficios y carreras sobre las que se han construido estereotipos masculinos, donde se asuman las responsabilidades del hogar y la crianza de los hijos de manera compartida entre hombres y mujeres, donde masculinidad y feminidad estén construidos desde valores de igualdad.
Si en todas partes esencialmente se han vivido y viven similares problemas, si en todas partes se reconoce que existen y debemos resolverlos, si en algunos lugares se ha avanzado en logros por un trato igualitario, lo mucho que falta solo indica que debemos felicitarnos por logros y empeñarnos en alcanzar nuevos y más logros en beneficio de la mujer como persona con los mismos derechos y oportunidades. Valerosas mujeres salvadoreñas Felicitaciones.