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Por Brigitte Hagemann/Laurence Boutreux
Lisboa/Madrid/AFP
Miles de bomberos luchaban este miércoles contra numerosos fuegos en España y Portugal que afectaban localidades y parques naturales, a la espera de una próxima caída de las temperaturas que debería facilitarles la tarea.
En España, los bomberos luchaban contra unos nuevos incendios en Galicia (noroeste) en plena ola de calor en todo el país, insólita para septiembre.
Desde el lunes, cinco focos declarados han afectado en la región un total de más de 3.300 hectáreas, acotadas por los bomberos para terminar con las llamas, indicó la administración regional. Los dos fuegos más importantes se declararon el martes por la tarde.
El municipio de Oímbra, limítrofe con Portugal, estaba este miércoles en alerta por la proximidad del fuego con dos localidades. Las llamas afectaron 1.500 hectáreas desde el martes por la tarde, indicó el gobierno regional gallego.
Otro incendio avanzaba en el municipio vecino de Muíños, tras afectar unas 800 hectáreas de un parque natural.
«Aunque sea septiembre aún estamos en plena campaña de incendios», indicó la ministra española de Agricultura, Isabel García Tejerina.
«Estamos teniendo un mes de septiembre con mucho calor, por lo tanto el riesgo de incendios o el riesgo de tener más difícil la extinción de los incendios permanece», añadió.
No obstante, en declaraciones a la prensa, restó importancia a estos incendios, y dijo que el balance final no será demasiado grave.
Entre inicios de enero y el 28 de agosto ardieron unas 39.000 hectáreas de bosque, frente a una media anual en ese período de 78.000 hectáreas desde 2006.
La ministra Tejerina acusó de los fuegos a pirómanos, y afirmó que los incendios «más importantes de este año» se han debido «a la causa del hombre».
La consejera regional gallega de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez Mejuto, calificó el martes de «asesinos» a quienes han causado voluntariamente incendios en plena ola de calor.
Por otro lado, en el sureste de España, los bomberos de la región de Valencia lograron estabilizar un fuego que obligó a evacuar a 1.400 personas en Benitachell, un municipio turístico de la Costa Blanca.
Una portavoz de los servicios de emergencia indicó a la AFP que los bomberos siguen trabajando en la zona, y que se ha estabilizado un perímetro de 800 hectáreas afectado por el fuego.
En el archipiélago de las Baleares también se controló un incendio el martes de tarde en la isla de Menorca, donde afectó 36 hectáreas de monte bajo y pinares en la zona de Arenal d’en Castell, según los servicios de emergencia.
Según la administración regional, el fuego se debió «probablemente» a unos niños que estaban jugando con unos petardos.
Aldeas desalojadas en Portugal
En el vecino Portugal, más de 2.200 bomberos trataban de domeñar unos cincuenta focos, que redujeron a cenizas miles de hectáreas de bosque y monte bajo.
Un incendio especialmente devastador golpeó el Parque Nacional de Peneda Gerês, en el norte, donde dos aldeas rodeadas por las llamas, Paradela y Varzea, fueron temporalmente evacuadas por la noche, mientras que algunos habitantes no dudaron en echar una mano a los bomberos.
«Estábamos rodeados por las llamas, los gendarmes nos han pedido a mi marido y a mí que dejáramos la casa, pero nos hemos negado», contó a la televisión portuguesa Eva, de 71 años y vecina de Paradela, que intentó aplacar las llamas con su manguera de regar.
«Los pastos han ardido, los animales no tienen para comer. Es una calamidad para el parque natural, para el turismo», lamentó Helder Barros, vicealcalde de la localidad de Arcos de Valdevez, especialmente afectada.
En otro incendio, en Boticas (norte), estaban trabajando más de 300 bomberos este miércoles. Niños y ancianos tuvieron que ser evacuados la noche del martes.
Tras una relativa calma en 2014 y 2015, Portugal se ha visto duramente afectado por una ola de incendios que desde comienzos de año han quemado más de 107.000 hectáreas de bosque y matorrales en su territorio continental.
En la isla de Madeira, en el Atlántico, donde los fuegos causaron tres muertos en agosto, ardieron unas 5.400 hectáreas.
