Por Wilson Fache/Shwan Mohammad
Erbil/Solimania/AFP
Los extranjeros se precipitaban el viernes hacia los aeropuertos de Erbil y de Solimania, horas antes de la suspensión de los vuelos internacionales desde y hacia el Kurdistán iraquí, una medida de retorsión que tomó Bagdad tras el referéndum de independencia.
Para intentar evitar un bloqueo contra esta región independentista, el ministerio de Transportes del Kurdistán pidió al poder en Bagdad «abrir negociaciones sobre su decisión respecto a los vuelos», según un comunicado. «Seguimos esperando una respuesta».
Pero no parece haber aires de reconciliación, después de que el lunes se celebrara, en contra de Bagdad, un referéndum en la región autónoma del Kurdistán (norte), donde el sí ganó de forma masiva.
Las autoridades kurdas han intentado calmar el ambiente alegando que no proclamarán de forma sistemática la independencia, pero Bagdad no ha dudado en tomar medidas de retorsión y excluir cualquier diálogo.
«No hay ninguna negociación, ni oficial, ni secreta, con los responsables kurdos. Y no habrá nada hasta que no declaren los resultados del referéndum caducos y entreguen a las autoridades de Bagdad sus puestos fronterizos, sus aeropuertos y sus regiones disputadas», dijo un alto responsable iraquí.
El jueves, el poder central decidió suspender a partir del viernes a las 6:00 de la taarde, hora local, todos los vuelos internacionales desde y hacia el Kurdistán, ya que esta región depende de la Aviación civil en Bagdad.
«Los vuelos humanitarios, militares y diplomáticos están exentos de la prohibición de volar», afirmó sin embargo el viernes la directora del aeropuerto internacional de Erbil, Talar Faiq Saleh.
En el aeropuerto de Solimania, «hay una multitud desde hace dos días. Los que se van son los extranjeros, árabes y kurdos con otra nacionalidad», afirmó a la AFP Dana Mohamad Said, portavoz del aeropuerto.
Agolpados en los mostradores
«Los que llegan son kurdos que estaban en el extranjero por negocios o turismo. Regresan de forma precipitada para evitar» quedarse bloqueados en el exterior, dijo, precisando que a partir de las 18H00, solo operarían vuelos interiores.
En el aeropuerto de Erbil, la capital del Kurdistán, un centenar de personas se agolpaban en los mostradores.
Los tableros de información señalaban que el último vuelo sería con destino a Viena a las 16H00, pero que los vuelos a Ankara a las 17H50 y a Doha a 19H00 estaban anulados.
«Teníamos que volver a Brasil el sábado pero tuvimos que cambiar nuestro vuelo», afirmó a la AFP Isodoro Junior, cooperante en una oenegé de ayuda médica a los desplazados iraquíes.
«Somos un grupo de 16 personas, fue bastante difícil encontrar los billetes. Uno de nosotros llegó aquí a las 02H00 para asegurarnos que podríamos irnos», explica este voluntario de 32 años.
En el mostrador de la compañía turca, un viaje de ida a Estambul valía 743 dólares. Pero los que compraron el boleto en línea lo pagaron mucho más caro.
«Reservé mi vuelo en línea hace dos horas (…) ¡Me costó 1.500 dólares!» exclama un pasajero británico, que no quiso dar su nombre. «Además, me hicieron pagar dos veces por error. Son 3.000 dólares por un boleto de ida a Estambul».
Los extranjeros llegan a Kurdistán con un visado expedido por las autoridades kurdas, no reconocido por Bagdad, así que no pueden viajar a otras zonas de Irak.
Las autoridades kurdas denunciaron esta suspensión de los vuelos internacionales como un «castigo colectivo».
Por su parte, la Marjaiya, la principal autoridad religiosa chiita de Irak, instó a evitar «un impacto negativo en la sólida relación» entre las diferentes comunidades de Irak y «todo lo que puede perjudicar la cohesión nacional».
En el plano internacional, Estados Unidos, tras haber pedido en vano a los kurdos que renunciaran a la consulta, hizo un llamado al «diálogo» y la «calma».
El referéndum fue rechazado por los países vecinos donde también viven minorías kurdas: Irán, Turquía y Siria.
Turquía propuso que se celebrara una cumbre Ankara-Teherán-Bagdad. Este país es el único que permite a Erbil exportar su petróleo a través de un oleoducto que desemboca en el puerto turco de Ceyhan. El cierre de este paso podría asfixiar la economía del Kurdistán.