Samuel Amaya
@SamuelAmaya98
Miles de personas aglutinadas en sindicatos y organizaciones sociales se tomaron las calles de San Salvador este primero de mayo, Día Internacional de la Clase Trabajadora, para exigir al Gobierno de Nayib Bukele que respete los derechos humanos y laborales de la fuerza laboral del país.
Sonia Urrutia, del Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular (BRP), dijo que la marcha se desarrolló bajo el lema “con lucha y organización, rescataremos la nación”. Tres grandes organizaciones marcharon bajo ese lema, estas fueron: el BRP, la Alianza Nacional El Salvador en Paz y la Coordinadora de Unificación de Sindicatos (CUS), la cual partió desde la Plaza Divino Salvador del Mundo hacia la Plaza Cívica, en el Centro de Salvador.
“Marchamos para denunciar diferentes deterioros que ha tenido El Salvador, como la democracia, derechos constitucionales; este día denunciamos que en términos de retroceso se consideran 70 años”, comentó Sonia Urrutia, del BRP.
Urrutia sostuvo que en este momento “marchar es histórico”, ya que “estamos ante un grave deterioro de la democracia y derechos que fueron conquistados tras la firma de los Acuerdos de Paz”. Esto ya que el Gobierno ha iniciado la persecución con líderes sindicales.
Las organizaciones marchantes recordaron que, este primero de mayo, conmemoraron el 138 aniversario de los mártires de Chicago, quienes ofrendaron sus vidas por las mejoras laborales como la reducción a 8 horas la jornada diaria de trabajo. El uno de mayo se estableció para conmemorar las luchas sindicales de las y los obreros de Chicago, y se fijó durante el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889. Los también llamados Mártires de Chicago eran un grupo de sindicalistas que fueron condenados a muerte por su participación en una huelga, que inició el 1 de mayo de 1886 en Estados Unidos con 200,000 trabajadores. El Día Internacional del Trabajador es producto de la sangre y las luchas de obreros y obreras a escala mundial.
También, marcharon en contra de los despidos “ilegales e injustificados” en el Gobierno de Nayib Bukele, quien durante estos 5 años ha despedido a más de 20,000 trabajadores (13,536 en 45 dependencias de gobierno, 4,444 en 60 alcaldías y 2,550 en la Asamblea Legislativa).
También, la Coordinadora Intergremial Rafael Aguiñaga Carranza (CIRAC), una de tantas organizaciones que participó en la multitudinaria marcha, sostuvo que la clase trabajadora vive un deterioro sistemático al violentarse el marco jurídico que debería de cubrir los derechos laborales y humanos. “Continúan los despidos en las diferentes instituciones, traslados injustificados, retraso en el pago de salarios y de las prestaciones sociales, acoso laboral y coacción sindical, con la amenaza de despidos masivos en las alcaldías a consecuencia de la reestructuración municipal”.
La CIRAC exigió un incremento al salario mínimo para los trabajadores del campo y la ciudad, que cubra las necesidades básicas de la población que aparte de lidiar con un alto costo de la vida, pues se enfrentan con la nula posibilidad de acceso a la tierra para la población rural, así como también hoy por hoy los trabajadores de diferentes áreas no cuentan con las oportunidades de acceso para obtener una vivienda adecuada.
Demandaron que respeten los derechos de las trabajadoras del hogar remuneradas, consagrados en los convenios internacionales, y en el marco legal salvadoreño se les garantice sus prestaciones sociales, y se establezca por ley “un salario justo para las compañeras”.
Rechazaron de igual forma que el actual gobierno se ampare en el régimen de excepción para realizar capturas a personas inocentes, sin el debido proceso que establece la ley, violentando los derechos humanos, convirtiéndose en una situación de sufrimiento para las familias salvadoreñas.
Entre las demandas, también resaltó la Universidad de El Salvador, pues las organizaciones sociales y sindicales pidieron el respeto a la autonomía de esa casa de estudios.
“Es lamentable que en nuestro país se agudizan cada día más las pocas oportunidades de educación y desarrollo para la juventud, con una Universidad de El Salvador cerrada, deteriorada y sin presupuesto, con la clara intención de privatizarla y quitarle su autonomía económica, desmontando así, la organización estudiantil”, comentaron las organizaciones. Lo anterior, ya que el Gobierno salvadoreño ha tomado en reiteradas ocasiones las instalaciones de la UES para albergar a personas ajenas a los fines educativos. “Ante el escenario actual que vivimos, como clase trabajadora asumimos y reafirmamos nuestro compromiso de lucha para defender los intereses de las grandes mayorías, que se han conquistado a lo largo de la historia con el sacrificio y la sangre de diferentes generaciones de líderes sindicales y sociales. Así como también hacemos un llamado a redoblar esfuerzos de unidad, que nos permita encabezar las luchas de liberación anticapitalista, antiimperialista y anti intervencionista”, concluyeron las organizaciones.