Berlín/Londres/Nueva York/dpa
Las políticas de Donald Trump están empezando a generar sus consecuencias y reacciones también en el mundo del deporte, donde se escucharon varias voces críticas al polémico decreto migratorio del presidente estadounidense.
El atleta británico de origen somalí Mo Farah se colocó al frente de los cuestionamientos y publicó un duro mensaje en Facebook en el que acusó a Trump de aplicar una “política basada en la ignorancia y el prejuicio”.
Pero también desde la NBA y el Comité Olímpico de Estados Unidos mostraron sus reparos y señalaron que están intentando dilucidar los alcances de la medida dispuesta el pasado viernes por Trump.
Medios como el diario “New York Times” advierten ya sobre los efectos que podría tener en la postulación de Los Angeles para los Juegos Olímpicos de 2024 y de todo Estados Unidos para el Mundial de fútbol de 2026.
Trump firmó el viernes una orden ejecutiva que suspende por tres meses el ingreso al país de los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana (Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia, Yemen e Irak) en el marco de una serie de medidas para impedir la entrada de “terroristas radicales islámicos”.
Además, los refugiados de todo el mundo no podrán ingresar al país por 120 días. En el caso de los sirios, esta prohibición es por tiempo indefinido.
La medida tuvo un revés parcial en la Justicia de Nueva York, que garantizó la estadía en Estados Unidos de aquellas personas que se encuentran en el país o están en tránsito y cuentan con una visa válida.
No obstante, Farah se mostró indignado. “El 1 de enero, Su Majestad la Reina me nombró Caballero. El 27 de enero, el presidente Donald Trump parece haberme convertido en un foráneo”, escribió el cuádruple campeón olímpico en Facebook.
Farah, quien nació en Somalia pero compite para el Reino Unido, reside y entrena en Estados Unidos desde hace seis años y teme verse afectado por el decreto.
“Ahora, nos dicen que yo y muchos otros como yo ya no somos bienvenidos. Es muy inquietante tener que decirle ahora a mis hijos que papá podría no tener permitido volver a casa, tener que explicar que el presidente introdujo una política basada en la ignorancia y el prejuicio”.
Según medios británicos, Farah no cuenta con pasaporte somalí y tiene sólo la ciudadanía británica, por lo que no tendría problemas para entrar y salir de Estados Unidos, donde reside junto a sus hijos y esposa en Oregon.
La NBA, en tanto, pidió al Gobierno una aclaración sobre el impacto que podría tener en la Liga estadounidense de baloncesto la medida.
“Nos hemos puesto en contacto con el Departamento de Estado y estamos recabando información para comprender cómo esta orden ejecutiva afecta a los jugadores de nuestra Liga que son de los países afectados”, señaló el portavoz de la NBA, Mike Bass.
“La NBA es una Liga global y estamos orgullosos de atraer a los mejores jugadores del mundo”, añadió en un comunicado emitido el pasado sábado.
La NBA, de hecho, cuenta cada año con un programa de entrenamiento denominado “baloncesto sin fronteras” en el que participan jugadores de todo el mundo.
En particular, generó preocupación la situación del novato de los Milwaukee Bucks Thon Maker y de Luol Deng, un veterano jugador de Los Angeles Lakers, ya que ambos son originarios de Sudán, uno de los siete países afectados por la decisión de Trump. Ambos cuentan con doble ciudadanía, aunque Maker tiene el “problema” adicional de ser refugiado.
“Lo que está pasando ahora en Estados Unidos no tiene que ver con Thon, sino con todos los otros increíbles inmigrantes y refugiados que podrían hacer de Estados Unidos un lugar mejor y no podrán ingresar al país. Esto no es lo que somos como país, no son nuestros ideales”, señaló el vicepresidente de los Bucks, Alex Lasry, en una serie de mensajes en Twitter.
El Comité Olímpico de Estados Unidos, al igual que la NBA, señaló que está “trabajando estrechamente junto a la nueva admnistración para comprender las nuevas normas”, según indicó el portavoz Patrick Sandusky.
“Sabemos que ellos apoyan el movimiento olímpico y nuestra postulación”, añadió en relación a la postura de Trump sobre la candidatura de Los Angeles.
La ciudad californiana compite con París y Budapest en la carrera para los Juegos de 2024, que se definirá en septiembre de este año en Lima.
El Comité Olímpico Internacional (COI), que en su carta orgánica rechaza claramente cualquier tipo de discriminación y que se ha mostrado orgulloso del equipo de refugiados que participó en Río 2016, declinó realizar comentarios sobre la medida migratoria de Trump. “El COI no comenta las políticas de países soberanos”, indicó un portavoz.
Los focos de conflicto, sin embargo, se multiplican por todos lados. La posibilidad de que Estados Unidos organice un Mundial de fútbol conjuntamente con México parece haber quedado enterrada tras la decisión de Trump de avanzar en la construcción de un muro entre ambos países.
Y tampoco está claro aún si Estados Unidos podrá participar, por ejemplo, en el Mundial de lucha que se disputará en febrero en Irán, después de que el país persa anunciara una política de reciprocidad y prohibiera el ingreso de estadounidenses al país. “El presidente no tiene la más mínima idea de lo que se ha logrado en la diplomacia deportiva para la seguridad de nuestro país y de las personas de todo el mundo”, advirtió Christina Kelley, directiva de la Federación Estadounidense de Lucha.