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Santiago Leiva
@Santileij
El rey de América despachó a casa al rey de Europa. La corte del rey Arturo, guiada en la batalla por el “Bravo” emperador Claudio, no tuvo piedad de Cristiano Ronaldo y dejó a Portugal tragando grueso y suspirando por la gran final de la Copa Confederaciones.
Durante 120 minutos, el escenario de Kazán vio desfilar más de 22 gladiadores dispuestos a tallarse el traje de héroe. Lo intentó Eduardo Vargas, pero perdió un mano a mano ante Rui Patricio, el mismo que le atajaría una espectacular chilena en la etapa de complemento.
Por Portugal intentaron llevar a los lusos al festejo André Silva y Cristiano Ronaldo, pero se toparon en los guantes en Claudio Bravo que ya confeccionaba su capa.
Por su parte, Arturo Vidal se estrelló con el poste y Martín Rodríguez con el horizontal en una misma jugada. No había duda, otra vez el escenario estaba preparado para que Bravo iluminara el cielo ruso.
Y lo hizo desde la tanda de los penales. El ex meta del Barcelona tejió un crochet que no permitió ni el paso de los zancudos. En la lotería le ahogó el grito de gol a Ricardo Quaresma, hizo que Joao Moutinho se atragantara y silenció a Nani. Ni uno pudo superar su vuelo y CR7 tragó saliva al ver como sus compañeros fallaban y Rui Patricio recogía el balón en el fondo de la cabaña en cada intento de los chilenos.
Ni un tirador de la corte de Arturo falló. Abrió la ruta él mismo con un misil, y luego le siguieron Charles Aranguiz y Alexis Sánchez. La efectividad de la armada roja y los aciertos de Bravo ni siquiera dieron lugar al turno Cristiano.
Al final, la estrella lusa fue menos emotiva, no se le vio regar el césped con lágrimas como lo hizo Messi en Copa América, pero se le vio marcharse muy frío hacia el camerino.
Fue la imagen cabizbaja del luso contrastada con el festejo chileno el desenlace final de un duelo bien jugado, disputado a muerte y cargado de emociones, pero sin gol en el tiempo regular y los 30 minutos extra. Ninguno de los dos adversario hizo el camino fácil y ese marcaje casi perfecto los llevó hasta la lotería.
Durante los 120 minutos, Chile se mantuvo fiel a su estilo, ese que pasa por la administración de la pelota, llegadas por las bandas y el toque corto y preciso; Portugal, en tanto, jugó menos a la posesión, pero fue explosivo y causó daño con llegadas. Fue así que los lusos le cortaron las alas a la roja, al cerrarle las bandas y el juego desencadenó en un vaivén de buenas y malas intenciones.
Sin embargo, nadie pudo romper el cerrojo tras 120 minutos y al final el marcador favoreció 3-0 a los chilenos desde la lotería del penalti.
Suena un marcador abultado, pero quizá es un resultado que haga justicia a lo mostrado por los pupilos de Juan Antonio Pizzi en los últimos compases del juego, y obviamente un resultado que convierte a Chile en el candidato más fuerte para levantar la corona de la Copa Confederaciones.
Los andinos conocerán esta tarde a su contrincante, un rival que saldrá del duelo entre Alemania y México.
A la joven selección alemana ya se la encontró en la instancia anterior y de los aztecas tienen un dulce recuerdo de su último juego, un 7-0 que tocó el orgullo de los charros.
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