Shanghai/dpa
El británico Andy Murray se proclamó campeón del torneo de tenis de Shanghai al derrotar por 7-6 (7-1) y 6-1 al español Roberto Bautista Agut, con lo que sigue arañando puntos al serbio Novak Djokovic en la lucha por el número uno.
Bautista, que el sábado dio la sorpresa al derrotar en semifinales a Djokovic, no pudo hacer lo mismo con un Murray que volvió a demostrar que es el jugador más en forma del circuito.
El número dos del mundo sólo mostró debilidad cuando perdió su servicio con 5-4 a favor en el primer set. El español logró llevar el parcial al tie-break, pero ahí Murray elevó de nuevo el nivel y dejó sin opciones a su rival.
El segundo set fue un monólogo del escocés, que llegaba a Shanghai tras imponerse en Pekín y que está culminando la mejor temporada de su carrera, en la que entre otros títulos conquistó Wimbledon y el oro olímpico.
Murray se encuentra a unos asequibles 915 puntos del serbio en la carrera hacia Londres, donde los ocho mejores tenistas del año ponen fin a la temporada y donde probablemente se definirá quién termina el año en lo más alto.
“Voy a tratar de acabar el año lo más fuerte que pueda”, dijo el campeón. “Y si el próximo año está ahí la oportunidad del número uno, entonces interés aprovecharla”.
Mientras el británico está en plena ebullición, Djokovic se encuentra inmerso en una crisis de motivación que ha afectado claramente a su nivel de juego, inabordable hasta hace unos meses.
Tras su primer triunfo en Roland Garros, el primero de su carrera sobre la arcilla parisina, el juego del serbio se ha humanizado.
Djokovic, de 29 años, ganó 11 torneos en 2015 y lleva siete en 2016. Entre un año y otro, ganó además cinco de los ocho títulos de Grand Slam, cuatro de ellos de forma consecutiva.
Murray suma seis títulos en 2016, algo que no había hecho desde 2009. Se espera además que dispute el torneo de Viena en una semana, mientras que Djokovic no está previsto que vuelva a competir hasta principios de noviembre en Paris-Bercy, evento que ha ganado los tres últimos años.
Bautista, que disputaba su primera final en un torneo de Masters 1.000, una categoría sólo por debajo de los Grand Slams, volvió a caer ante un rival ante el que ya había perdido sus dos duelos anteriores: en la hierba de Wimbledon en 2014 y sobre arcilla en Múnich el año pasado. El torneo de Shanghai se juega sobre cancha dura y reparte 7,6 millones de dólares en premios.