Nada le basta

Huele todo y nada le basta.

Mira con ojos grandes

o espera en su mirar.

Un sonido lo alerta

también lo desvaría.

Persigue a quien lo pudiera llevar a él

pero las rutas se acaban de inmediato.

No está.

No suenan sus pasos.

A la segunda vuelta

se acuesta

mas

no su ansiedad.

Nadie podrá describir

la alegría de un perro

abalanzándose sobre su amo.

Nadie,

porque este

acaba

de morir.

 

Wilfredo Arriola

Ver también

El Iron Power. Por Mauricio Vallejo Márquez

Por Mauricio Vallejo Márquez Bitácora Mirábamos a esos individuos musculosos por la televisión y queríamos …