París/dpa
El austríaco Dominic Thiem arrolló al serbio Novak Djokovic, el defensor del título, y se citó en las semifinales del Abierto de tenis con el español Rafael Nadal en un duelo que pondrá frente a frente al rey de la arcilla contra su heredero.
Thiem, número siete del ranking, necesitó apenas dos horas y 15 minutos para superar por 7-6 (7-5), 6-3 y 6-0 a un Djokovic que se fue desinflando a medida que transcurría el juego en la cancha Suzanne Lenglen.
Nadal, nueve veces campeón del torneo, había superado antes su duelo de cuartos por 6-2, 2-0 y abandono de su rival, Pablo Carreño, que sufrió una lesión abdominal.
Así, el viernes habrá un choque de trenes en París: por un lado Nadal, el jugador más exitoso en arcilla de la historia del tenis, y por el otro Thiem, el jugador llamado a marcar una era en la superficie cuando se retire el español.
De momento, Nadal tiene 31 años, pero luce como en sus mejores tiempos en París.
“He jugado bien durante todo el torneo, con determinación, con un ritmo muy alto. He hecho las cosas bien desde llegué”, señaló el campeón de 14 Grand Slam. “No me puedo quejar de nada. Estoy haciendo un torneo muy muy bueno”.
El español alcanzó su décima semifinal en París y la vigésimo quinta de su carrera con un registro nunca visto.
Aunque bien es cierto que Carreño se retiró en el segundo set, Nadal alcanzó las semifinales habiendo recibido apenas 22 juegos. Su mejor marca hasta el momento eran los 25 de 2008, cuando se llevó el torneo sin perder un set.
“La única forma de llegar a la final es hacer un gran partido”, dijo Nadal de cara al duelo con Thiem. “Tiene una proyección muy importante y está llamado a ganar este torneo, esperamos que no sea este año”.
“Es un jugador que golpea extremadamente fuerte a la pelota, la pega muy muy duro desde el servicio, la derecha, el revés… Se tira mucho encima de la bola, por lo que hay que hacer que juegue en situaciones incómodas”, destacó el ex número uno.
Los elogios, como casi siempre en el tenis, fueron mutuos. “Es el rival más difícil de la historia de Roland Garros”, indicó Thiem sobre su rival. “Es el partido más difícil que uno se puede imaginar”.
Nadal ganó 100 de los 102 partidos que disputó al mejor de cinco sets en arcilla, una estadística casi de otro planeta. Además, este año acumula 22 triunfos y una única derrota en polvo de ladrillo. Pero Thiem no se queda a la zaga: lleva las mismas victorias y es él precisamente el único que consiguió tumbar a Nadal este año en canchas lentas.
Dueño de un juego que se adapta a la perfección a la arcilla, Thiem derrotó al español por 6-4 y 6-3 en los cuartos de final de Roma. Semanas antes, no obstante, había perdido ante el ex número uno las finales de Barcelona y Madrid. Thiem disputará a sus 23 años la segunda semifinal consecutiva en la arcilla parisina, después de la que perdió hace 12 meses precisamente ante Djokovic.
El austríaco nunca había podido tumbar al serbio y en el último cara a cara, hace dos semanas en las semis de Roma, perdió por 6-1 y 6-0. Hoy, sin embargo, sólo tuvo problemas en el primer set. Después, Thiem borró de la pista al último campeón de Roland Garros.
Djokovic, de 30 años, llegaba con más dudas que certezas a París tras una primera mitad de temporada con más derrotas de las esperadas. Ganó en enero en Doha, pero después se desinfló y no volvió a pisar una final hasta Roma, en la que perdió con el alemán Alexander Zverev. Su último gran título lo ganó en agosto de 2016 en Canadá.
“Estoy intentando mejorar, intentado volver a un gran nivel. Sé que he alcanzado los mayores éxitos en este deporte y esos recuerdos y la experiencia son suficientes razones para creer en que puedo volver a hacerlo”, comentó Djokovic, campeón de 12 Grand Slam y ex número uno. “Soy consciente de dónde estoy ahora mismo, pero también sé dónde puedo estar”. El serbio afrontaba en París el reto de convertirse en el primer tenista de la Era Open -desde 1968- que gana dos veces cada grande.