París/Francia/AFP
Rafa Nadal consiguió el fin de semana su duodécimo título de Roland Garros volviendo a sentirse como en sus mejores días, lo que hace pensar que el tenista español puede volver a ser el número uno de la ATP en un futuro, siempre que las lesiones le respeten.
Nadal llegó como número dos del mundo a París y se irá en la misma posición.
Por delante sigue estando Novak Djokovic, que en este Roland Garros llegó a semifinales, progresando respecto a su actuación de hace año, cuando había quedado eliminado en cuartos de final.
El serbio comanda la nueva lista ATP con una amplia ventaja, de más de 4.700 puntos, lo que hace que su dominio sea todavía muy importante, aunque en los próximos meses tendrá que defender una enorme cantidad de puntos, lo que le añade una enorme presión.
«Mi prioridad es sentirme bien y seguir teniendo buenas sensaciones jugando», señaló Nadal, prefiriendo no pensar por ahora en la reconquista del número uno.
Djokovic superó gracias a su gran segundo semestre de 2018 a Nadal en la clasificación mundial cuando el español renunció a participar a final de temporada en el Masters 1000 de París-Bercy.
Desde noviembre ocupa la cima del ránking y Nadal, en el número dos, espera en busca de su trono perdido.
El año pasado, Djokovic fue campeón en la segunda parte del año en los dos Grand Slam, Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos, además de en los Masters 1000 de Cincinnati y Shanghai. Fue finalista además en el ATP Masters de final de temporada, en el Masters 1000 de París-Bercy y en el torneo de Queen’s.
El riesgo por lo tanto de perder puntos es enorme para Djokovic, mientras que Nadal tiene mucho que ganar, ya que estuvo parte de ese segundo semestre del año de baja por su lesión del Abierto de Estados Unidos, que le impidió jugar desde Nueva York hasta principios de 2019.
No estuvo por lo tanto ni en los torneos de Shanghai, ni de París-Bercy, ni en el Masters de Londres de final de curso, entre otros.
En la segunda mitad de 2018, Nadal únicamente llegó a una final, la que ganó en el Masters 1000 de Montreal, por lo que su cuenta de puntos a defender es muchísimo menor.
En Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos llegó a semifinales, por lo que un pase a la final o un título supondría una suma especialmente valiosa en el ránking.
– Sobrada experiencia –
Nadal sabe de sobra lo que es sentirse el número 1 del mundo.
En agosto de 2008 lo consiguió por primera vez poniendo entonces fin a una racha de 237 semanas, desde el 2 de febrero de 2004, en la que esa posición estuvo ocupada por Roger Federer.
Conservó ese puesto 46 semanas, hasta que en julio de 2009 se lo devolvió a Federer.
La segunda vez que Nadal subió al número 1 lo hizo durante más tiempo tras su título de Roland Garros en 2010, y se mantuvo 56 semanas, hasta el 3 de julio de 2011, cuando cedió el honor a Djokovic.
El tercer reinado de Nadal en la ATP se extendió 39 semanas, del 7 de octubre de 2013 al 6 de julio de 2014, hasta después de su eliminación ese año en los octavos de final de Wimbledon.
Sin llegar siquiera a los cuartos de final de un Grand Slam ni en 2015 ni en 2016, el año 2017 marcó su resurgir.
Finalista en el Abierto de Australia, campeón en Roland Garros y en el Abierto de Estados Unidos, Nadal inició en agosto de 2017 su cuarto reinado en la ATP, manteniendo el número 1 hasta febrero de 2018, cuando lo cedió a Federer.
Durante ese 2018 osciló entre el número uno y el dos.
Desde finales de junio consiguió una racha de algo más de cuatro meses al frente del ránking, hasta que su renuncia a París-Bercy por problemas abdominales dejó a Djokovic como primero.
El serbio no se ha movido de ese número uno desde entonces.
Su ventaja es grande, pero Nadal ha demostrado que nunca se da por vencido.