Tomado de Religio Digital
Del 3 al 5 de septiembre hemos celebrado on line el 40 Congreso de Teología sobre “El neoliberalismo mata: No se puede servir a Dios y al dinero”, inspirado en las palabras de Jesús de Nazaret sobre la incompatibilidad entre Dios y el dinero, en la afirmación del Papa Francisco “La economía de la exclusión y de la iniquidad mata” y en la calificación de Pedro Casaldáliga del neoliberalismo como “la gran blasfemia del siglo XXI”.
1. Hemos analizado las situaciones de injusticia estructural, pobreza extrema, desigualdades crecientes, violencia de género, discursos y prácticas de odio contra personas inmigrantes, refugiada y desplazadas. LGTBI y deterioro del planeta. Buena parte de estas situaciones son consecuencia del neoliberalismo, que es injusto en su raíz y en sus consecuencias, sobre todo en el Sur global.
2. En el mundo, las guerras, la pandemia y la devastación ambiental han aumentado en 250 millones la inseguridad alimentaria. Más de 30 países están amenazados por el hambre. Cada año mueren de hambre casi seis millones de personas. El coronavirus, que ha provocado el contagio de doscientos millones de personas y la muerte de más de cuatro millones, ha afectado con más virulencia a los sectores más vulnerables de la sociedad. A su vez, nos ha hecho tomar conciencia de nuestra fragilidad y vulnerabilidad y de la necesidad de practicar la ética del cuidado.
3. Nos hemos sentido conmovidos e indignados por el sufrimiento del pueblo afgano, especialmente de las mujeres excluidas de la educación, del trabajo profesional, y de la actividad política, por la situación de pobreza extrema de la mayoría de la población de Haití, por la desatención de los niños marroquíes en Ceuta y su utilización política, por las personas inmigrantes pobres ahogadas y por la violencia contra el pueblo palestino y otros pueblos oprimidos.
4.Hemos tomado conciencia de que las fronteras matan, pero que el silencio cómplice de lo que realmente sucede en ellas también mata. Además, al analizar críticamente la información generada por los medios de comunicación constatamos que es utilizada al servicio del poder y en contra de los pobres que buscan un horizonte de vida más digno. Ese tipo de información también mata.
5. Hemos tomado conciencia crítica, asimismo, de que las mujeres forman parte de “los bienes” intercambiables de una sociedad y de que son “objetos” regalados de unos hombres a otros. Sus cuerpos se ofertan en mercados al alza como el de la prostitución, los vientres de alquiler y la pornografía. Sexo y mercado están deviniendo más compañeros que nunca. El neoliberalismo económico en alianza con el patriarcado se convierte en neoliberalismo sexual. Tamaña alianza ha desembocado en odio hacia la vida de las mujeres con el resultado de decenas de miles de feminicidios.
6. La teo/tealogía feminista critica el neoliberalismo patriarcal como sistema de muerte contra las mujeres y llama a trabajar por la humanidad plena de las mujeres, en la óptica de Jesús de Nazaret que promete una vida digna, abundante y con justicia. Denuncia la alianza entre el neoliberalismo económico, el fundamentalismo y el patriarcado religioso, por su utilización mercantil de las mujeres. Denuncia la discriminación y la violencia de género, ejercidas por las jerarquías religiosas, nuestro caso por la jerarquía católica, que niega a las mujeres el reconocimiento de sujetos morales, eclesiales, teológicos y sus derechos sexuales y reproductivos.
Critica la teología androcéntrica construida sobre la imagen varonil de Dios, la ética represiva, que impone a las mujeres una moral de esclavas, y la estructura jerárquico-patriarcal, que las excluye de los ámbitos de decisión. Defiende la igualdad basada en la común dignidad de los hombres y las mujeres y en el movimiento igualitario de Jesús de Nazaret, donde las mujeres recuperaron la libertad y la igualdad. Reclama, asimismo, la paridad en los órganos de representación religiosa, el acceso de las mujeres al conocimiento teológico y el reconocimiento de la teología feminista.
7. Con la apropiación de decenas de miles de bienes a través de las inmatriculaciones, la jerarquía de la Iglesia católica española contraviene el mandato de Jesús de no acumular tesoros en la tierra (Mt 6,19), hace oídos sordos a la petición de que devuelva dichos bienes al pueblo y se coloca del lado del neoliberalismo que mata. Con su defensa y mantenimiento de los privilegios económicos, fiscales, educativos, culturales e incluso militares, incumple la exigencia de Jesús a sus seguidores de no llevar bolsa, ni alforja ni calzado. Con la asignación tributaria destinada solo a la Iglesia católica, que este año ha recibido la cifra récord de 301,7 millones de euros, la jerarquía se apropia de una cuantiosa suma de dinero que debería destinarse a fines sociales.
8. En la crítica al neoliberalismo seguimos la óptica de Jesús de Nazaret, que cuestionó el “dinero injusto”, denunció el ídolo Mammón, condenó la codicia insaciable y asesina, rechazó los intereses ilícitos y defendió el perdón de las “deudas”. Su compasión sanadora y subversiva la comensalía abierta e inclusiva de las personas excluidas del banquete, su denuncia de la iniquidad personal y sistémica y su esperanza activa nos siguen inspirando y animando más allá de las fronteras geográficas, étnico-culturales, religiosas, de clase, de género y de identidad sexual.
9. Nuestra propuesta alternativa al neoliberalismo se inspira en la vida solidaria, el mensaje liberador y la praxis igualitaria de Jesús, en su denuncia del poder político opresor y del poder económico explotador en alianza, y en su opción por las personas y los colectivos más vulnerables: pecadores, publicanos, prostitutas y personas fuera de la ley. Se inspira en la economía de la solidaridad, del reparto equitativo los bienes, como se pone de manifiesto en la parábola de la multiplicación de los panes y los peces, que no fue un acto de magia, pero sí un milagro, el de compartir.
10. En conclusión, nadie puede servir a Dios y al dinero. Si servimos al dinero, matamos. Queremos terminar este mensaje del 40 Congreso de Teología con la propuesta alternativa de Pedro Casaldáliga al neoliberalismo en su poema Pobreza evangélica: