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Nazis, Holocausto y el regalo nuclear Sikorski-primate

Caralvá

Intimissimun

La guerra es el lenguaje de la humanidad, desde nuestra inicial concepción tribal la violencia se refleja en el poder de someter al enemigo, sin embargo, ese “otro” es “nosotros”.

Estudiando ese fenómeno que recuerda la actual guerra en Ucrania, uno de los factores detonante es el renacimiento del neonazismo en aquella nación y su expansión tolerada en Europa, es el retorno al pasado, ese pasado absurdo propiciado por el fanatismo.

El libro Los verdugos voluntarios de Hitler /Daniel Jonah Goldhagen – México: Santillana, 2005 anotamos: “El holocausto fue el aspecto definitorio del nazismo, pero no sólo del nazismo, sino que también fue su rasgo  definitorio de la sociedad alemana durante el período nazi. La política antijudía afectó a todos los aspectos importantes de la sociedad alemana: la economía, la política, la cultura, los ganaderos, los mercaderes, la organización de las pequeñas poblaciones, los abogados, los médicos, los físicos, los profesores. No es posible realizar ningún análisis de la sociedad alemana, comprenderla o caracterizarla sin colocar en el centro la persecución y exterminio de los judíos. La primera parte del programa, es decir, la exclusión sistemática de los judíos de la vida económica y social, se llevó a cabo abiertamente, con una aprobación generalizada y la complicidad de la gran mayoría de sectores de la sociedad alemana, desde las profesiones legal, médica y docente, a las iglesias, tanto católica como protestante, y la gama de grupos y asociaciones económicos, sociales y culturales. Centenares de millares de alemanes contribuyeron al genocidio y el sistema de subyugación todavía mayor que fue el vasto sistema de campos de concentración. A pesar de los intentos más bien indiferentes del régimen para ocultar el genocidio a la mayoría de los alemanes, millones de ellos conocían las matanzas. Hitler anunció muchas veces, categóricamente, que la guerra terminaría con el exterminio de los judíos. La reacción a los asesinatos fue de una comprensión, sino aprobación, generalizada. Ninguna otra política (de alcance similar o mayor) se llevó a cabo con más persistencia y entusiasmo, y con menos dificultades, que el genocidio, tal vez con la excepción de la misma guerra. El Holocausto define no sólo la historia de los judíos durante los años centrales del siglo XX, sino también la historia de los alemanes” pág. 27

Como podemos leer la sociedad se caracteriza por las acciones colectivas, esa conducta de las masas fanáticas que exhiben su odio contra las minorías, la violencia fue orientada por un líder sediento de sangre, ese fue Hitler que alimento en toda su vida la bandera del exterminio judío.

“… el antisemitismo impulsó a muchos millares de alemanes “corrientes” a asesinar judíos y, de haberse encontrado en una posición adecuada, habría impulsado a millones más. Ni los apuros económicos ni los medios coercitivos de un estado totalitario ni la presión psicológica social ni unas tendencias psicológicas inalterables, sino las ideas acerca de los judíos que se habían generalizado en Alemania desde hacía décadas, indujeron a unos alemanes corrientes al exterminio de millares de hombres, mujeres y niños judíos desarmados e indefensos, de una manera sistemática y sin piedad “. pág 28.

Es significativa esa reflexión, es la justificación del mal, un discurso de exterminio… y ahora un eurodiputado Radoslaw Sikorski sugiere “regalar” a Kiev ojivas nucleares ¿qué tal? Nuestro futuro primate como la película 2001: Odisea en el Espacio.

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