Licda. C. Marchelly Funes
Metodóloga y Comunicadora
Faltan escasos 14 días para el cierre de campaña de diputados y alcaldes. Las principales maquinarias político-electorales han llenado calles y avenidas de propaganda electoral sin poner en la palestra pública propuestas que los contraste entre sí o que demuestren que buscan dar respuesta a las exigencias ciudadanas más elementales como la inseguridad, la violencia, el desempleo, la economía, entre otros.
Vemos a diario desfilar por las cabinas de radio y televisión a candidatos de los partidos mayoritarios quienes han demostrado, en la mayoría de los casos, capacidad para hablar frente a los micrófonos y cámaras, pero ninguna destreza para proponer soluciones —desde sus candidaturas para la Asamblea Legislativa o municipalidades— a los problemas que aquejan a la ciudadanía. Parecen de oídos sordos ante el clamor de la gente y este no es el mejor de los recursos si se desea encarar el descontento social que nos domina desde hace unos años.
Uno de los participantes más propositivos en esta carrera electoral podría ser descrito como uno de los más pequeños institutos políticos, hablo de Cambio Democrático (CD), un partido con grandes deseos de transformación para el país. Un partido modesto, caracterizado por presentar propuestas de cara a la realidad nacional, con profesionales de diferentes áreas, pero con un mismo propósito; transformar El Salvador.
Más allá de si tiene o no voto duro, CD es un partido con credenciales para aportar soluciones a los grandes problemas de país que se han ido agudizando por falta de acuerdos de nación.
En los más de 30 días de campaña que han pasado candidatos como Juan José Martel, Elizabeth Rivas, Francisco Cardoza, Blanca Barahona, Wilfredo Guzmán, entre otros, han dedicado horas de su tiempo libre para dirigirse a la población, con mensajes transformadores, propositivos y concretos, sus imágenes, sus anuncios no son de agencias de publicidad, son de candidatos cercanos a la gente, su finalidad no es verse más jóvenes o más atractivos a lo que en realidad son (su interés es que la población razone su voto, elija personas y propuestas, que diferencie a quienes llevan años en los puestos y no han resuelto los problemas de quienes tienen como carta de presentación respuestas a los problemas que nos aquejan, que urge tener una Asamblea Legislativa equilibrada y municipalidades atentas a las necesidades de sus pobladores), ellos están conscientes de que los disensos son necesarios para alcanzar acuerdos que beneficien a las mayorías y no se queden en dimes y diretes infructíferos.
Cambio Democrático cree que se puede transformar la Asamblea Legislativa en lo relativo al uso austero de los parlamentarios, en que se puede recuperar la credibilidad y confianza institucional, fortaleciendo la Ley de Acceso a la Información Pública; en la igualdad de derechos y oportunidades, sin distinción de género; en la implementación de conductas éticas y comprometidas con la sociedad, en la creación de políticas públicas de prevención de violencia, de jueces sin rostro, protección de testigos.
De igual forma, me comprometo junto a mi compañero de fórmula a crear un fondo preventivo para la juventud y niñez, el cual será financiado con la recaudación de impuestos a la venta de productos nocivos a la salud de la población.
Dicho fondo tendrá su propia infraestructura y se apoyará en las colaboraciones internacionales que apoyan la protección de la niñez a nivel mundial.
Con la creación de este fondo se busca proteger a la juventud y niñez del fenómeno del reclutamiento de grupos criminales y como consecuencia también se generarán nuevas fuentes de empleo.
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