Por Tatiana Kalinovskaïa/Olga Nedbaeva
Kiev/Bielorruria/AFP
Las negociaciones de paz entre el gobierno ucraniano y los rebeldes prorrusos sobre el futuro de las regiones separatistas del este del país deben reiniciarse este miércoles en Minsk tras cuatro meses de suspensión.
En caso de éxito, prescription esta reunión preliminar será seguida por una nueva ronda de conversaciones el viernes.
El expresidente ucraniano Leonid Kuchma y el embajador ruso en Ucrania Mihai Zurabov llegaron el miércoles a la capital bielorrusa donde se reunirán, junto a una representante de la OSCE, con los emisarios de las autoproclamadas repúblicas de
Lugansk y Donetsk, feudos de los insurgentes.
«No hay que esperar resultados hoy. El trabajo será lanzado hoy para dar un resultado concreto el viernes por la noche», subrayó Valeri Chaly, consejero diplomático del presidente ucraniano Petro Poroshenko.
No excluyó que las negociaciones políticas prosigan luego en el formato llamado de Normandía, con la participación de la canciller alemana Angela Merkel y de los presidentes françés François Hollande y ruso Vladimir Putin.
Los protagonistas, después de un par de semanas de incertidumbre, finalmente han decidido sentarse en la mesa de negociaciones.
Fue el presidente Petro Poroshenko quien había anunciado estas negociaciones del miércoles y viernes tras una conversación telefónica a cuatro con Merkel, Hollande y Putin.
Además de la retirada de las armas pesadas y el intercambio de prisioneros –temas sobre los que ambas partes están de acuerdo– los rebeldes piden que se reanude la financiación de las zonas bajo su control, cortada por Kiev en noviembre, y reclaman un «estatuto especial» para las regiones de Donetsk y Lugansk, feudo de los separatistas.
Este estatuto estaba previsto en los acuerdos firmados en Minsk en septiembre. Según Kiev y los occidentales, los rebeldes violaron esos acuerdos al organizar a principios de noviembre elecciones denunciadas por la comunidad internacional y que las autoridades ucranianas quieren sean anuladas.
Ucrania da un paso hacia la OTAN
Los enfrentamientos entre soldados ucranianos e insurgentes prorrusos han dejado más de 4.700 muertos desde el mes de abril en el este del país.
Un alto el fuego instaurado el 9 de diciembre ha sido globalmente respetado, pese a esporádicos enfrentamientos.
Pero la reunión de Minsk se celebra en un contexto de creciente tensión entre Ucrania y Rusia, poco después de un muy simbólico voto en el parlamento de Kiev sobre el abandono del estatuto de país no alineado, una decisión que le permitirá en un futuro pedir su adhesión a la OTAN.,
El presidente ucraniano justificó la necesidad de la ley por la «agresión» militar rusa contra Ucrania. Kiev y Occidente acusan a Rusia, tras la anexión en marzo de Crimea, de haber organizado y armado a la rebelión prorrusa en el Este de Ucrania, y de haber lanzado una ofensiva militar en la región.
Por su lado, Moscú condenó claramente la decisión del parlamento ucraniano.
«De facto, se trata de una demanda de adhesión a la OTAN, lo que transforma a Ucrania en un adversario militar potencial de Rusia», declaró el lunes el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev.
Esta decisión «tendrá consecuencias extremadamente negativas, y nuestro país se verá obligado a reaccionar», añadió.
Por su lado, el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, advirtió que el abandono por Ucrania del estatuto de país no alineado «exacerba el clima de confrontación».