Pekín / AFP
Joëlle Garrus
Las negociaciones de Pekín «sentaron las bases» de un acuerdo comercial con Washington, celebró el jueves el gobierno chino, pero aún se hace esperar el anuncio sobre avances concretos.
Según el ministerio chino de comercio, los negociadores estadounidenses y chinos, que se reunieron entre el lunes y miércoles, «hablaron de manera profunda y detallada sobre cuestiones comerciales y estructurales de interés común».
Esas discusiones permitieron «reforzar la comprensión mutua y sentar las bases de una solución de las cuestiones de interés común», agregó Pekín.
«Las dos partes acordaron seguir en estrecho contacto», concluyó el comunicado, sin precisar el lugar ni la fecha de futuras discusiones.
En un comunicado el miércoles, los estadounidenses simplemente resumieron los puntos de la negociación planteados por los presidentes Donald Trump y Xi Jinping, sin dar más detalles.
Esta fue la primera vez que ambos países trataban el tema de la guerra comercial desde la cumbre en Buenos Aires de principios de diciembre entre los mandatarios Trump, y Xi.
En esa oportunidad, ambos presidentes se dieron de plazo hasta principios de marzo para intentar solucionar su diferendo comercial, antes de la entrada en vigor de nuevas aduanas en Estados Unidos sobre los productos chinos.
– Desequilibrios –
Además del desequilibrio comercial crónico en detrimento suyo, Estados Unidos acusa a China de las dificultades de acceso a sus mercados o de prácticas comerciales «desleales», especialmente en la transferencia de tecnología impuesta a empresas extranjeras y violaciones del derecho de propiedad intelectual.
«Los intercambios y las reformas que Estados Unidos desean ver en China son difíciles», especialmente «en el caso de la protección de la propiedad intelectual y de la política industrial», subrayó Louis Kuijs de la consultora británica Oxford Economics.
El experto estimó que «juzgar si los cambios dados son o no suficientes es por naturaleza subjetivo. Eso significa que una resolución y bajar la tensión del conflicto comercial dependerá de las decisiones políticas del gobierno estadounidense».
Sin embargo, el economista cree que el presidente Trump pareciera «querer que se avance hacia un acuerdo», incluso extendiendo la tregua más allá de los 90 días.
Pese a la buena sintonía en las discusiones de Pekín, la ausencia de anuncios concretos bajó las expectativas más optimistas que habían dado un alivio a los mercados en los últimos días.
Los mercados financieros retrocedían el jueves en la apertura, en parte por la decepción frente al resultado de esta reunión, según indicaron analistas.
– «Contacto estrecho» –
Stephen Innes, responsable de Asia-Pacífico del sitio financiero OANDA, indicó que «claramente los mercados esperaban algo más concreto que declaraciones ricas en signos positivos», pero «carente de los elementos específicos necesarios», dijo.
Sin embargo, «parece que las discusiones continúan», agregó al evocar la posibilidad «de un anuncio más importante en Davos cuando el presidente Trump entre en escena».
Los expertos y los medios mencionan la posibilidad de una reunión durante el Foro Económico Mundial de Davos a finales de enero, entre el presidente estadounidense y el vicepresidente Wang Qishan, que conducirá la delegación china.
Pekín indicó el jueves que las «dos partes habían acordado mantener un estrecho contacto», sin más detalles.
En un discurso en una ceremonia para celebrar los 40 años de relaciones diplomáticas bilaterales, Wang Qishan recomendó el jueves que se apoyen los esfuerzos de ambos lados para que converjan los intereses chino-estadounidenses.
«Las relaciones sino-estadounidenses están en una nueva línea de partida», dijo. «Las dos partes tienen que adaptarse a la nueva realidad, buscar un terreno común permanente y ampliar, profundizar y promover la cooperación concreta», agregó.
Las fricciones bilaterales no benefician a ninguna de las dos partes y tienen repercusiones más allá de sus fronteras. El Banco Mundial advirtió que la guerra comercial va a impactar en el crecimiento económico.
En China se encienden todas las señales que advierten una desaceleración de la economía: las exportaciones e importaciones están marcando el paso, la actividad manufacturera se está contrae, se desaceleran los precios al productor y disminuyen las ventas de automóviles por primera vez en veinte años.