Río de Janeiro/dpa
La cita es histórica, la misión deportiva también. Brasil, el anfitrión de los Juegos Olímpicos de 2016, quiere escribir en Río de Janeiro una nueva página en su historia olímpica escalando a una posición inédita en el medallero.
El objetivo oficial es claro: acabar en los primeros Juegos sudamericanos entre los diez primeros lugares de la tabla, algo nunca alcanzado por Brasil, potencia futbolística mundial y faro deportivo de América Latina.
“El ‘equipo Brasil’ tuvo la mejor preparación de su historia, coronada con el récord absoluto de integrantes en una delegación nacional en cualquier edición de los Juegos”, aseguraba recientemente el jefe del equipo, el ex voleibolista Bernard Rajzman.
Brasil tendrá a 465 atletas en Río, 209 mujeres y 256 hombres. Hasta ahora, la delegación más numerosa había sido la de Pekín 2008, con 277 deportistas. El único deporte en que el gigante sudamericano no participará en Río es el hockey sobre césped femenino. El “país do futebol” deposita muchas esperanzas en el balompié, en el que espera ganar el único gran título que le falta: el oro olímpico en fútbol masculino.
Y la responsabilidad recae sobre todo en Neymar, la única gran estrella del fútbol brasileño en la actualidad y la cara más conocida del equipo olímpico.
“Es una gran oportunidad de hacer historia, para conseguir una medalla inédita para Brasil”, decía hace unos días el artillero del Barcelona en la web de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). La “canarinha” tiene una deuda pendiente con su afición después de la traumática derrota por 7-1 frente a Alemania en las semifinales del Mundial celebrado en casa en 2014.
Candidatos a lo más alto del podio en Río son también el gimnasta Arthur Zanetti, oro en anillas hace cuatro años, y la judoca Sarah Menezes, también ganadora olímpica en Londres.
Otros aspirantes entre los medallistas de 2012 son la judoca Mayra Aguiar (bronce) y la pentatleta Yane Marques (bronce), elegida en una votación abierta como abanderada del equipo que desfilará el viernes en la ceremonia de apertura en el estadio Maracaná.
“Quiero ser una representante de todos los brasileños en ese momento”, comentó una emocionada Marques la elección.
La campeona del mundo de 2011 Fabiana Murer también es una apuesta para el podio en salto con pértiga (garrocha). Murer espera poder resarcirse tras su fracaso de hace cuatro años en Londres.
Además de en el fútbol, tanto femenino como masculino, Brasil espera brillar en ambas modalidades en otras disciplinas colectivas como el vóleibol y vóley-playa, deportes que generan pasiones en las playas de Río y en todo el país.
El equipo, sin embargo, también sufre bajas sensibles. La más dolorosa es la de César Cielo, considerado el mejor nadador brasileño de la historia. Ganador del oro olímpico en 50 metros estilo libre en Pekín 2008 y recordista mundial en 50 y 100 metros, Cielo no consiguió el cupo para Río en las pruebas clasificatorias.
Cielo, que lloró tras perder el boleto olímpico, se disculpó entonces por haber estado “muy por debajo” de sus posibilidades.
Y la mejor atleta brasileña del momento, la especialista en 100, 200 metros y relevos 4 x 100 m Ana Cláudia Lemos, no estará en Río tras haber dado positivo por doping. El Gobierno brasileño creó en 2012 un ambicioso programa para dar el salto al “top ten” en Río 2016, el “Plano Brasil Medalhas”. El Ejecutivo de la presidenta Dilma Rousseff aseguró entonces una inversión de 1.000 millones de reales (unos 300 millones de dólares) para alcanzar el objetivo.
En Londres, Brasil terminó en el puesto 22 con tres medallas de oro, cinco platas y nueve bronces. Para ingresar ahora al club de los diez mejores, el gigante sudamericano, con unos 200 millones de habitantes, tendrá que superar sin embargo otra vez a la potencia olímpica histórica de América Latina: Cuba.
Brasil había superado ya a la pequeña isla caribeña, de apenas 11 millones de habitantes, en el medallero de Pekín 2008, pero Cuba volvió a ponerse a la cabeza de la región en Londres 2012, donde quedó en el puesto 16. Sobre todo los boxeadores cubanos son barajados ahora como favoritos al podio.
Brasil, el quinto país más grande del mundo, está apenas en el puesto 33 del medallero histórico de los Juegos. En casa, tendrá a partir de este viernes y hasta el 21 de agosto la oportunidad de mejorar esa estadística.