El gobierno del Presidente Salvador Sánchez Cerén se ha propuesto crear, en lo que resta de su quinquenio, cien mil empleos para los jóvenes. Una de las preocupaciones y mayores demandas en el país es precisamente el tema del empleo, y donde más sentido tiene este problema es precisamente en el sector juventud.
De ahí que la oposición e irracionales críticas de ARENA, responsabilizado por la juventud de dicho instituto político, a través de un comunicado, así como de personeros de la derecha empresarial, no solo debe ser repudiado por la juventud salvadoreña, en general, sino condenarla y combatirla.
Recientemente, el Presidente Sánchez Cerén inauguró una serie de iniciativas y programas, en el marco de la preveción de la política de seguridad y ejecución del Plan El Salvador Seguro, como el retiro de grafitis de los grupos delectivos en los 81 sectores intervenidos por la autoridad y el Estado, en los 10 municipios priorizados por el Consejo Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana (CNSCV).
Concretamente, a través del INJUVE, se favorecerá a los y las jóvenes, con una especie de VIÁTICOS, para que puedan pagar sus pasajes, y si es posible algún tiempo de alimentación, para que puedan asistir a los centros de estudio. Muchos jóvenes han desertado de las instituciones educativas, bien por el acecho de la delincuencia o porque sencillamente no tienen como transportarse al centro de estudio. Oponerse y combatir esta iniciativa, además de inconcebible, es condenable y repudiable.
ARENA, en general, y la juventud arenera, en particular, deberían hacer a un lado su mezquindad, y aplaudir que los y las jóvenes que no puedan estudiar por falta de un pequeño o mínimo incentivo, lo tengan, gracias a una oportuna y decidida acción del Gobierno, respaldado por un amplio espectro social.
ARENA y la juventud tricolor no se deberían oponer a que los jóvenes sin trabajo puedan acceder a programas de asistencia y emprendedurismo para que puedan crear sus propias unidades productivas o empresariales, y dejar con ello el ocio improductivo.
La derecha política debería tener claro que en la medida en que haya menos jóvenes fuera de la escuela, o fuera de una fuente de trabajo, los grupos delincuenciales como las pandillas o el narcotráfico tendrán menos posibilidades de reclutamiento.
Por tanto, la sociedad en general debe salir a respaldar a la juventud y al Gobierno para que se concreten a la brevedad posible esos programas urgentes de atención a la juventud salvadoreña.