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@arpassv
Las declaraciones del alcalde de San Salvador Nayib Bukele contra El Diario de Hoy y la Prensa Gráfica deberían generar un profundo debate sobre el papel de los medios de comunicación en el establecimiento de la agenda pública, sovaldi sale medicine la deliberación democrática y la construcción de imaginarios.
El edil acusó a dichos medios impresos de ser “panfletos de ARENA”. “Todo el mundo sabe que El Diario de Hoy y La Prensa Gráfica son panfletos de ARENA…, el que no lo crea que vea los periódicos de hoy, ayer, anteayer y el que saldrá mañana, y se dará cuenta que sólo son ataques contra lo que no es ARENA”, señaló Bukele, en una entrevista televisiva.
El alcalde –que se había mantenido distante de la crítica de su partido FMLN contra los medios conservadores- incluso fue más allá y pidió a toda la población que deje de comprar los referidos periódicos.
“La Prensa Gráfica y El Diario de Hoy hacen campaña para ARENA, y nos obligan a pagar por ello”, expresó Bukele. “Entonces, el llamado que le quiero hacer a la población es que compre algo que le beneficie, pero pagar por propaganda considero que es un error”, afirmó.
El edil capitalino señaló que “ARENA es el brazo electoral de los poderes fácticos del país” y los periódicos matutinos (EL Diario de Hoy y La Prensa Gráfica) son sus medios orgánicos, que difaman y calumnian a sus oponentes amparándose en la “libertad de expresión”. Y la libertad de expresión –dijo- es de toda la población, no sólo de los periódicos.
Medios como La Prensa Gráfica, El Diario de Hoy y Telecorporación Salvadoreña son instrumentos propagandísticos de la derecha empresarial, partidaria y oenegera; no son medios de información y análisis veraz. Mantienen una campaña permanente de desprestigio contra la izquierda gobernante, mientras se guardan críticas contra la derecha opositora.
El “Caso Sigfrido” y el secretario Marcos Rodríguez acaparan páginas enteras, mientras el juicio contra el ex presidente arenero Francisco Flores apenas aparece. Así actúan los autodenominados medios “libres e independientes” que, en foros como la reciente reunión de la AIR (Asociación Interamericana de Radiodifusores), se proclaman como únicos garantes de la democracia.
¡Qué abuso y atrevimiento!, esos medios no son ni libres ni independientes. Responden a los intereses de los grupos de poder económicos que los financian y a la alineación política de sus propietarios.
Enhorabuena, pues, la crítica del alcalde Bukele. La necesidad de democratizar los medios y construir un esquema mediático más plural se plantea nuevamente.
