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Ni soy tan feo

César Ramírez Caralvá,

Escritor y fundador Suplemento 3000

 

Al leer un libro de 138 años de antigüedad, cuyas páginas parecen crujir bajo mis dedos, en una versión española de Églogas y Geórgicas /Publio Virgilio Maron trd. Félix M. Hidalgo, Miguel Antonio Caro, Marcelino Menéndez Pelayo – Madrid: Imprenta Central, 1879. 368 p. encuentro figuras universales que parecen repetirse en la humanidad, incluso imagino su tono al pronunciar las palabras del título en diferentes velocidades de voz, uno puede construir a esos pastores latinos con una escena de hace 22 siglos, cuyos antecedentes provienen del siglo III ad C. Virgilio, quien anota que sus composiciones fueron incitadas por Gayo Asinio Polión -wikipedia-.
En la segunda égloga v. 25 leemos: Mis cantos armoniosos /embelesan á todos los pastores,/ que no son inferiores/a los que acostumbraba/ El Aracinto oír, cuando tocaba/ El teban Anfion. Ni soy tan feo,/ que no hace mucho me miré en las ondas/ Del sosegado mar, y no temiera,/siendo tú quien juzgaras,/que con Dafnis á mí me compararas. Ídem Pág 11
En su explicación encontramos: «Nec sum adeo informis…aquí se reconoce el lenguaje del amor propio delicado y tímido. Comienza diciendo: No soy tan feo lo que es una precaución oratoria: toma después de un tono más decisivo, cuando puede alegar una prueba a su favor, como la de haberse visto en el cristal de las aguas; y ya no recela decir que sobrepuja á Dafnis en belleza; más teme haber dicho demasiado, y lo corrige con esta duda: Si numquam fallit imago (si no se acuesta) Garcilaso lo imitó: «No soy, pues, bien mirado,/tan disforme ni feo;/ y aun agora me veo/ en esta agua que corre clara y pura, / y cierto no trocara mi figura/por ése que de mí se está riendo: /trocara mi ventura/ pág 237.
Pero bien dice el refrán: no hay feo sin gracia, ni bonito sin su desgracia… puesto que el romance tiene consuelo en otras cualidades conocidas desde la antigüedad, así lo explican los clásicos: «En el idilio griego, como Polifemo no puede recomendarse por su hermosura, trata de excusarse su fealdad; y sólo se detiene en describir las bellezas de su gruta, sus numerosos rebaños, y los presentes que tiene preparados á Galatea. El Cíclope confía más en sus riquezas, Coridon en su hermosura: por eso éste hace bastante con prometerle dos cervatillos, y aquél aumenta sus dones hasta doce cervatillos y cuatro cachorrillos de osos….Idem Pág 238
Esas palabras nos recuerdan el libro de Roque Dalton: Un libro levemente odioso, con su poema: No, no siempre fui tan feo -fragmento- : « Lo que pasa es que tengo una fractura en la nariz/que me causó el tico Lizano con un ladrillo/porque yo decía que evidentemente era penalti/ y él que no y que no y que no/ nunca le volveré a dar la espalda a un futbolista tico pág 161.. En No pronuncies mi nombre: poesía completa III /Roque Dalton – San Salvador: DPI, 2008. – 600 p.
Ni soy tan feo… cuando me prestan el Ferrari California nadie mira mi rostro, solo mi Pegaso que pasa por las avenidas de la ciudad.

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