Los diputados de ARENA y otros de partidos de derecha, han acusado a los estudiantes que participaron en las protestas contra la privatización del agua, como “vándalos” o “terroristas”.
Si bien los estudiantes respondieron a una agresión de la seguridad privada de la Asamblea Legislativa con violencia, pues lanzaron piedras y otros objetos contundentes, hay que decir que fue una reacción, y no los causantes.
Pero la derecha legislativa ha ido más allá y ha calificado la reacción de los estudiantes universitarios como “terrorista”. De acuerdo con el Diccionario, terrorismo es una “Forma violenta de lucha política, mediante la cual se persigue la destrucción del orden establecido o la creación de un clima de terror e inseguridad susceptible de intimidar a los adversarios o a la población en general”.
Y esta claro que los estudiantes que se presentaron el jueves ante la Asamblea Legislativa, acompañando a las autoridades máximas de la Universidad de El Salvador no pretendían sembrar un clima de terror para destruir el orden establecido, ni mucho menos intimidar a la población en general.
Lo que los estudiantes hicieron fue responder a una agresión institucional, al ser atacados con gas pimienta por los miembros de la Seguridad de la Asamblea Legislativa. Una agresión como la ocurrida en la Asamblea, iba a desatar una respuesta como la que se dio, pues, fue una respuesta espontánea de una masa, y eso no tiene nada que ver con el terrorismo.
Tampoco se puede responsabilizar a las autoridades universitarias como los “cabecillas” de esa masa de estudiantes, ni mucho menos de las acciones de los estudiantes, pues, esta fue espontánea, y por lo tanto no hubo planificación.
Es curioso, por cierto, como la mayoría de medios de comunicación y políticos de derecha salvadoreños, aplauden las acciones violentas de los jóvenes en Nicaragua, y las califican de legítimas y democráticas, mientras que una reacción de estudiantes salvadoreños, de forma espontánea la califican de vandálica y hasta terrorista.
No permitamos que en el país se desnaturalicen las cosas, y llamemos las acciones como debe ser, lo ocurrido el jueves fue una reacción de estudiantes a una agresión, por lo tanto no son ni vándalos ni mucho menos terroritas.