Managua/AFP
El gobierno nicaragüense autorizó la importación de 20.000 toneladas de frijol rojo libre de aranceles, and para enfrentar la escasez, acaparamiento y encarecimiento del grano, básico en la dieta de la población, informó el gobierno.
Se autoriza la «importación por desabastecimiento de 20.000 toneladas métricas de frijol rojo» entre junio y septiembre de 2014, indicó el Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (Mific) en un decreto, reproducido este martes en el diario La Prensa.
Los frijoles serán comprados a cualquier país miembro de la Organización Mundial de Comercio (OMC) «libres del pago de Derecho Arancelario a la Importación», señala la medida.
Con la compra, el gobierno pretende bajar los altos precios del producto mientras sale la próxima cosecha, en el actual semestre.
El precio del frijol rojo se disparó hace dos meses, al pasar de uno a dos dólares el kilo, en un país donde más de 2,5 millones nicaragüenses aún viven con menos de dos dólares al día, según la encuesta de la Fundación Internacional para el Desafío Económico Global (FIDEG) del 2013.
Esto ha provocado que muchos nicaragüenses consuman menos frijoles, que usan generalmente para cocinar el famoso «gallo pinto» (arroz y frijoles fritos) que comen en el desayuno y la cena acompañado con huevos, queso o plátanos fritos.
Según sondeos de medios locales, la gente ahora compra dos kilos de frijoles al mes, en vez de seis.
El presidente, Daniel Ortega, acusó la semana pasada a los especuladores por encarecer el producto.
Dijo que su gobierno ha tratado de frenar la especulación vendiendo «frijoles solidarios» más baratos en los barrios a través de la estatal Empresa Nicaragüense de Alimentos Básicos (Enabas).
La disidencia sandinista, sin embargo, acusó del alza a Enabas, que es el que compra -y acopia- el grano a los productores, y al gobierno por promover una mayor producción de frijoles negros para exportar a Venezuela.
La Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG) informó hace dos semanas que Venezuela sólo compró el 58% de los 1,2 millones de quintales excedentarios que el país produjo, y que ahora tratan de colocar en Costa Rica, porque a los nicaragüenses no les gusta el frijol negro.