Managua/Prensa Latina
Nicaragua, tierra de lagos y volcanes, consolida hoy su posición como uno de los destinos emergentes del béisbol en América Latina y será una sede perfecta para la esperada Serie de las Américas.
A disputarse del 24 al 30 de este mes con la participación además de equipos representativos de Cuba, Colombia, Panamá, Curazao y Argentina, el evento auspiciado por la recién creada Asociación de Béisbol de las Américas, no podía haber escogido un mejor lugar para celebrar su primera edición.
El béisbol es una pasión nacional aquí desde su llegada al país a finales del siglo XIX y más que un pasatiempo se convirtió en parte de su identidad cultural.
Equipos locales y nacionales despiertan el entusiasmo de miles de aficionados que se reúnen en estadios o en sus hogares para apoyar a sus jugadores favoritos.
En competiciones internacionales, la selección nacional ha logrado clasificarse a torneos de primer nivel en todas las categoría y las ligas locales viven temporadas vibrantes, con el capitalino Estadio Nacional Soberanía como epicentro de emocionantes enfrentamientos, consolidándose como uno de los escenarios más modernos de Centroamérica.
El desarrollo de nuevos talentos fue un pilar clave el año pasado. Varios talentos nicaragüenses firmaron contratos en ligas profesionales internacionales, un reflejo de la calidad y el potencial que el país está exportando.
A nivel organizativo, la nación fue anfitriona de eventos regionales como el Campeonato Centroamericano de 2023, que destacó por su impecable logística y su ambiente único, un preámbulo ideal para la venidera Serie de las Américas.
Ser sede de este evento no es casualidad. Nicaragua ofrece una infraestructura de primer nivel, con estadios que combinan modernidad y tradición como el Nacional Soberanía, en Managua (joya de la corona), complementado por el histórico Rigoberto López Pérez, en León, y el emblemático Roberto Clemente, en Masaya.
Estas sedes, ubicadas en ciudades llenas de historia y cultura, brindarán una experiencia inolvidable tanto para los jugadores como para los aficionados.
Además, el entorno natural y la hospitalidad del pueblo nicaragüense se suman a los atractivos del evento. La cercanía de los estadios con los majestuosos volcanes, los lagos y la vibrante vida urbana crearán una atmósfera inigualable, ideal para un torneo que promete ser una fiesta del béisbol.
La primera edición de la Serie de las Américas marcará un antes y un después en la región y Nicaragua está lista para brillar. Aquí el béisbol no solo encontrará un escenario idílico, sino también una afición fervorosa y un país dispuesto a demostrar que el deporte es un puente que une culturas y naciones.