Por Sabine Wibaux/Phil Hazlewood
Abuya/AFP
Nigeria acogía este sábado una cumbre internacional sobre la seguridad para intentar poner fin a la insurrección islamista de Boko Haram, buy cialis cuyos vínculos con el grupo yihadista Estado Islámico (EI) «alarman» a las Naciones Unidas.
En una declaración unánime adoptada el viernes, recipe los 15 países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU expresaron su «alarma» por «los vínculos entre Boko Haram y el EI», y señalaron que las «actividades de Boko Haram siguen comprometiendo la paz y la estabilidad en el oeste y el centro de África».
Esta cumbre, que se lleva a cabo el sábado en Abuya, muestra la cooperación militar regional y el apoyo internacional cada vez más importantes en la lucha contra la insurrección de Boko Haram.
Entre los invitados figura el presidente francés, François Hollande, único mandatario no africano presente, que se reunirá con su homólogo nigeriano Muhammadu Buhari.
Junto a los jefes de Estado de los países vecinos de Nigeria (Benín, Camerún, Chad y Níger) también participan en la cumbre el secretario de Estado adjunto estadounidense, Antony Blinken, el jefe de la diplomacia británica, Philip Hammond, así como una delegación de la Unión Europea y de las comunidades económicas de la región (CEDEAO y CEEAC).
Boko Haram expresó su apoyo al EI el año pasado y yihadistas nigerianos combaten en la convulsionada Libia y tejen alianzas con grupos ligados a Al Qaida en la región de Sahel.
En su declaración, el Consejo de Seguridad de la ONU advirtió de que algunos ataques de Boko Haram «podrían constituir crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra». El Consejo se dijo «extremadamente preocupado por el alarmante alcance de la crisis humanitaria (…) en la región de la cuenca del lago Chad».
Resolver la crisis humanitaria
Dos años después de la primera cumbre en París, los temas centrales de la reunión de este sábado son «el éxito de las operaciones militares» que se están llevando a cabo y la «resolución rápida de esta crisis humanitaria».
Este conflicto ha causado más de 20.000 muertos desde 2009 y más de 2,6 millones de desplazados.
Desde la llegada al poder de Muhammadu Buhari, hace un año, el ejército ha multiplicado las victorias militares contra Boko Haram. El presidente incluso ha anunciado que el grupo islamista estaba «técnicamente» vencido.
Pero los atentados suicidas continúan, el bosque de Sambisa (noreste) sigue siendo un bastión lleno de rebeldes y los factores que desencadenaron la subida de Boko Haram (pobreza, sentimiento de discriminación de las poblaciones del norte de mayoría musulmana) persisten como elementos de desestabilización de la región.
En este sentido, la organización independiente International Crisis Group alertó en mayo en un informe contra las declaraciones de victoria demasiado prematuras.
El presidente Buhari defiende el despliegue de una fuerza multinacional, que tendría que haberse llevado a cabo en julio del año pasado. Esta fuerza militar, apoyada por la Unión Africana, que incluye 8.500 militares procedentes de Nigeria y de los países fronterizos, figura entre los temas importantes abordados en la cumbre.
Si esta fuerza existe, será necesaria una mejor coordinación entre los diferentes componentes nacionales, ya que Boko Haram actúa en la frontera con Camerún, Níger y el lago Chad.
En las anteriores administraciones, Nigeria no ha contado con cooperación militar internacional a raíz de las numerosas acusaciones de corrupción y de violación de los derechos humanos de su ejército.
Pero Estados Unidos anunció la semana pasada que podría venderle una docena de aviones militares. Por su parte, Gran Bretaña, antigua metrópolis en la región, forma unidades de fuerzas especiales en el noreste de Nigeria.