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Nivel de vida

Luis Arnoldo Colato Hernández

El acuerdo celebrado entre ES y EU sobre “País Seguro”, supone que seremos un refugio transitorio, mientras el estatus del migrante se resuelve en relación a la solicitud que curse ante los EU.

Definámoslo como anatema, dadas las implicaciones que supone.

Implica que el Estado de El Salvador asume la responsabilidad de resguardar al migrante, otorgándole condiciones, que dignificándolo, le garanticen techo, alimento, seguridad, educación, trabajo, reunificación familiar, etcétera, al tiempo que se defina su situación.

Ello porque esta visto que EU no brindaran asilo a las personas de origen latino que se presenten en su frontera sur solicitándolo.

Ahora bien, la población de los EU es una amalgama inter-étnica con una amplia diversidad, en donde para implicaciones legales, el 13.5 % de la misma es de “…origen extranjero…”, de acuerdo a la Dirección de Estadísticas y Datos Migratorios de EU, como al Departamento de Seguridad Nacional (DHS), de los cuales, los migrantes de origen salvadoreño, representan el 1.4 % de este universo, es decir, la quinta minoría extranjera residente en EU.

Dicho de otro modo, la mitad de nuestra población.

¿Por qué nuestros compatriotas deciden marcharse?

Se marchan porque las condiciones de seguridad nacional son inexistentes, a pesar de lo afirmado por el Gobierno.

Ello porque si decidimos creer en lo afirmado por este en lo relativo al descenso de crímenes, no supone esto la supresión de las causales originarias que alientan y estimulan la criminalidad social imperante, por lo que debemos afirmar que el fenómeno es apenas coyuntural, transitorio, irreal, lo que implica que probablemente se profundizará.

Se profundizará porque las condiciones en cuestión, que son la exclusión y la marginación, no se están desestimulando, y sí en cambio se profundizan en el esquema económico que sigue esta administración.

Es decir, siendo que las élites concentran el 84 % de la riqueza, de acuerdo al BID, BM, y al FMI, distribuyéndose el resto entre el 99 % de la población, las causales de la violencia y la migración seguirán ahí.

A manera demostrativa, sin haber presentado el Gobierno en su proyecto de presupuesto ningún plan correctivo fiscal (la evasión y la elusión se traducen en una derrama en torno a los $1,400,000,000.00 anuales, de acuerdo al MINEH y al MINEC), seguirán siendo los menos favorecidos quienes sustenten al estado salvadoreño.

Ahora bien, a pesar del tratado en cuestión, el flujo de migrantes hacia el norte no ha disminuido –300 personas diariamente-, quienes en su mayoría huyen de la inseguridad social que es nutrida por las condiciones señaladas, lo que en definitiva es un contradicho con lo asumido por el Gobierno, que desconoce por principio la realidad imperante y supone otra que es ficticia para simplemente satisfacer los intereses, que debemos asumir, se encuentran tras las negociaciones entre nuestros países y que la administración supone serán benéficos políticamente.

Tal especulación empero debe considerar la realidad de que EU impondrá sus intereses, lo que debemos traducir en continuar las condiciones vigentes, que son las que nuestro país, alguna vez, deberá abordar.

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