Por: Rolando Alvarenga
Con la inédita resolución ordenando la cancelación de la inscripción de la Federación Salvadoreña de Taekwondo (FESAT), el Comité Directivo del INDES demostró que, cuando hay pantalones, los diferentes gremios deportivos, específicamente los atletas, siempre tendrán esperanza de que se les hará justicia.
Y es que Leo Ruano, director de la Escuela Leones y quien fue candidato a la presidencia de la FESAT en el período 2016-2020, denunció al INDES las irregularidades en el proceso de elección de la actual directiva federativa -presidida por Óscar Pineda-, que solo vino a sumar un clavo más al cuestionado ataúd federativo.
Durante los últimos años y bajo argumentos sustentados, Leo Ruando denunció constantemente anomalías al INDES, incluso llegaron hasta la Fiscalía, pero por falta de pantalones, tembladera en el pulso o indiferencia las anteriores gestiones archivaron el expediente o no encontraron culpable al célebre dino-presidente-federativo.
Sin embargo, contra viento y marea y apoyado por diferentes comparsas, el “ famosito Pinedita” siempre hizo tronar solo sus chicharrones.
Pero, de acuerdo a los resultados en la alta competencia, el taekwondo salvadoreño no es ningún ejemplo de potencia deportiva salvadoreña. ¡Nada que ver!; más bien, es un deporte intrascendente y del montón.
Aunque el ‘taek’ cuscatleco tenga una buena cantidad de practicantes, ni siquiera es primero en Centroamérica, en mayores.
En síntesis, la inédita resolución del INDES es un triunfo esperanzador para el taekwondo salvadoreño y para la tenacidad de Leo Ruano, que siempre se mantuvo atrincherado y sin renunciar a la convicción de la verdad y la justicia. Y qué bueno que la nueva directiva del INDES, con base en la Ley de los Deportes, ha hecho justicia tanto a Leo, como al taekwondo, digno de una mejor y más democrática dirigencia.