Página de inicio » Suplemento Tres Mil | 3000 » “No importa lo que dicen las palabras, sino lo que yo les digo a ellas”

“No importa lo que dicen las palabras, sino lo que yo les digo a ellas”

Wilfredo Arriola

Poeta, coordinador de La Fragua

 

 

Julio Iraheta Santos (El Salvador. San,Salvador 1939-2023) oriundo de Santa Tecla, emisario de la palabra, fue un hombre con estampa vertical, poeta, descubridor del sensible paso del tiempo, miembro fundador de uno de los más prestigiosos grupos literarios del país “Piedra y Siglo”. Fue ganador de certámenes nacionales e internacionales, referencia intelectual y literaria para las presentes generaciones de la región. Colaborador activo de prestigiosos medios de difusión artística y social. Julio, su nombre, se recordará con su esencia y un poco más. Autor de múltiples obras literarias, unas bajo su silencio y otras en la eternidad de los ojos de quienes una vez han tenido el placer de leerlo. Su tono vanguardista es una mezcla que devela secretos, donde se muestra, donde impela su vena poética.

 

Esa vez atendió al llamado gentil de mostrar el lado humanístico que guarda celosamente, en una íntima conversación, que fue de las últimas que brindó con tanta entrega y devoción. En esa última vez abordó temas literarios, personales, y su tesón irrevocable que lo define como una de las leyendas vivas que nuestro país aún posee. Julio o tres veces Julio o tres veces poeta, ahora en la reedición de esta entrevista conmemorativa -tres veces siempre-: “He aquí tu árbol /he aquí que lo arranco de raíz / y lo siembro en el llanto de tus ojos / he aquí que recojo pájaros de ardiente pluma / y lo sepulto en tu piel / yo sé que si me vena cae/tú serás el arroyo generoso que la llave al mar.”  Su sinceridad de humano de todo aquel que lo conoció podrá intentar recrear parte de su esencia en esta entrevista, me confirmó en aquella ocasión que valia más ser recordado como un ser humano noble y su razón estribaba en el orgullo de ser esposo, padre, abuelo, y amigo de sus compañeros de batalla de Piedra y Siglo, y si quedaba algo, de poeta.

:

 

 

P- ¿Qué clase de hombre es un poeta?

 

R- El poeta es un hombre como los demás mortales que trae su propia estructura  genética, en este caso una estructura que lo hace ser poeta de nacimiento, y al llegar a la edad de la expresión verbal y por medio de la educación, a la escrita, hablará poesía y escribirá poesía.

 

Por supuesto, escribir poesía de una manera aceptable, en algunos o muchos casos de poetas, conllevará toda una formación de carácter estético, estilístico, literario, poético, gramatical, preceptivo, etc.  Esto resume lo tantas veces dicho que el poeta nace y se hace.

 

Pero el poeta es un ser cuya personalidad, como sucede con los seres humanos en general, tiene una conciencia social, cultural y política determinada por el medio, a lo cual el responderá de una manera catártica a favor o en contra.

Esto se puede ver a través de la historia, cómo ha sido la actitud de los poetas, escritores y artistas ante su realidad al expresarse artísticamente. Y aunque la pregunta no va en un sentido genérico, al usar la palabra “hombre”, lo aquí dicho es válido, también, para la mujer poeta, escritora y artista.

Entonces, para responder a la pregunta, ¿qué clase de hombre es un poeta? Debe responderse a partir de una base biosicosocial. Es anticientífico dar una respuesta sustentada en lo metafísico, lo esotérico, lo espiritualista y lo mágico. Y sí alguna vez, el poeta chileno, Vicente Huidobro dijo en su Arte Poética que “El poeta es un pequeño Dios”, se refería a la facultad artística del poeta de crear por medio de la palabra. Él no dijo en su poema ninguna definición religiosa, aunque en su libertad de poeta creacionista podía darle también esa connotación.

P- Cuando uno dice Piedra y Siglo ¿Qué sensaciones recibe?

R-Lo primero es recordar cuando llegué a la UES a los cafetines de Humanidades y me presentaron a los compañeros poetas, los que tuvieron una permanencia efímera en el Grupo, los ahora fallecidos y los que hemos quedado.

A mí me llevó el poeta Jorge Campos que era empleado de la biblioteca de la Facultad de Economía, si no me falla la memoria. Me sorprendió saber que Jorge era un poeta que residía en Santa Tecla como yo, y que además éramos parientes políticos por medio de un primo hermano de mi padre y familiar del papá de Jorge. Los apellidos del tío eran Campos Iraheta.

Para ese entonces ya sentía la presión del aislamiento, a pesar de que en las páginas culturales de los periódicos del país no era un poeta desconocido. Dos matutinos y dos vespertinos. En el Latino publiqué mi primer poema en 1962, dedicado a un compañero barbero que se suicidó.

Antes publiqué poemas sencillos en páginas dedicadas a la población infantil, en un matutino, entre ellas una dirigida por el poeta Antonio Gamero. Ya en la mitad de la década del 60 tenía alguna presencia en los medios escritos, debido a que a esas alturas ya había obtenido algunos premios secundarios en certámenes regionales de Centroamérica y panamá, y primeros lugares a nivel nacional, aunque después, para bien o para mal me retiré de esas lides.

También Ovidio Villafuerte ya había ganado un primer lugar en Guatemala y un segundo lugar en los Juegos Florales celebrados por los cien años de existencia de la ciudad de Sensuntepeque, los cuales tuvieron un jurado de lujo: Salarrué e Ítalo López Vallecillos. Hubo un tercero jurado cuyo nombre no recuerdo. En esos Juegos Florales, también, compartieron reconocimientos, tercer lugar, René Medina López, José Roberto Cea con mención honorífica, y mi persona primer lugar.

Había ya una presencia en los medios escritos. La Tribuna Libre, ahora El Mundo,  dirigida por el poeta Pedro Geoffroy Rivas sacaba en primera plana como noticia relevante los triunfos de los poetas, escritores y artistas salvadoreños en Guatemala. Recuerdo las fotografías de Claudia Lars, Álvaro Menen Desleal, Rafael Góchez Sosa, José Roberto Cea, Sermeño y la mía ahí todos juntos en primera plana. Don Pedro me publicaba en las páginas culturales de dicho medio con bastante periodicidad.

Señalo lo anterior, porque lo que me motivó a ser parte del Grupo Literario Piedra y Siglo fue el aislamiento cultural que percibía y el ser invisible para algunos sectores de colegas poetas y escritores. Había como una especie de mezquindad en el medio. Uno de los poetas de esa época que me extendió la mano solidaria fue Roberto Armijo.

Siempre estaré agradecido con Jorge, mi hermano poeta y primo político, por haberme llevado a nacer como Grupo Literario con los compañeros de Piedra y Siglo. Con Jorge también fuimos compañeros de militancia política. Tuvimos ingreso oficial al PC en la casa de su residencia un domingo por la tarde que Alianza le ganó al Santos del Brasil. Me refiero a este hecho deportivo como un recurso nemotécnico.

De Piedra y Siglo fuimos cuatro los que oficialmente pertenecimos al PC, en la época de Raúl Castellanos, Salvador Cayetano Carpio y Schafik Hándal. Fue en los años de la gran luz de la revolución cubana. Todos los poetas del Grupo literario Piedra y Siglo sufrimos muy emotivamente el asesinato del Che Guevara. Esa luz todavía nos mantiene en la brecha de una u otra manera a todos los miembros vivos del Grupo.

De los integrantes del PC el primero que sufrió cárcel y vejámenes por sus ideas revolucionarias fue Ovidio, el segundo fui yo, secuestro y con estadía cruel en los sótanos del “palacio negro”, y Jorge, con las consecuencias ya conocidas, de la pérdida de sus facultades racionales y creativas a manos de los cuerpos represivos. José María Cuéllar murió en una situación sospechosa. Chema y Ricardo perdieron hijos durante la guerra. Una hija de Ricardo fue desaparecida por los escuadrones de la muerte. De los otros compañeros Rafael se fue al exilio a Panamá, Uriel  se fue a México. De los que nos quedamos tuvimos que vivir prácticamente en el exilio interior. “Como agujas en un pajar”, como dice Manlio Argueta en una entrevista hecha por David Hernández y publicada en Alemania, al referirse a los escritores y poetas de izquierda, después de su generación, que nos quedamos en el país durante la guerra.

Con respecto al presente entre las sensaciones hay de agradecimiento con aquellas personas, entidades culturales y políticas que han contribuido solidariamente a mantener la presencia del Grupo Literario Piedra y Siglo en el medio, tales como los compañeros y compañeras de Fundación Metáfora y su coordinador Otoniel Guevara, Luis Alvarenga por medio de la revista Cultura, el doctor Ricardo Roque Baldovino por su panorámica de Piedra y Siglo en la antología recién presentada,  La Facultad de Ciencias y Humanidades de la Universidad de El Salvador, La Secretaría Nacional de Arte y Cultura del FMLN, bajo la responsabilidad de Lorena Peña y su equipo de trabajo, que nos ha dado un reconocimiento importantísimo con la publicación, promoción y divulgación de la antología de Piedra y Siglo, Heriberto Montano que nos dio su reconocimiento y abrazo solidario en acto público en la UES, unos días antes de su fallecimiento, Nora Méndez, esa gran poeta multifacética que nació con las siete cuerdas de la lira del arte, y ha sido “Clara” y desafiante, para guardarnos  del polvo denso de la marginación con sus palabras llenas de fulminantes certeros, Francisco Morales Santos, ese gran hermano y poeta guatemalteco, que siempre ha cuidado los vasos comunicantes del Grupo Signo Nuevo y Piedra y Siglo desde los días subterráneos en su país y el nuestro hasta ahora. El grupo Nuevo Signo perdió a uno de sus pilares, el poeta Roberto Obregón, capturado por los cuerpos represivos de El Salvador en la frontera Las Chinamas, cuando venía a coordinar labores culturales con Piedra y Siglo. Fue asesinado y su cuerpo no fue encontrado. También, ha sido relevante en el hecho de mantener la presencia de Piedra y Siglo en el medio, Tres Mil y su actual coordinador Mauricio Vallejo-Márquez, La Fragua, Danny Portillo y los compañeros y compañeras de la Editorial Cabuda Cartonera de El Salvador, grandes altruistas culturales con nosotros.

P- ¿Se ha arrepentido alguna vez de escribir algo?

R-Más que de haberlo escrito, es de haberlo escrito y publicado. Este

arrepentimiento obedece a un artículo, una reflexión con síntomas de ensayo, una composición literaria o alguna idea en la que no expliqué bien o di un dato incompleto que pueda dar lugar a una interpretación equivocada del texto, por algún verso que no me satisfizo en lo personal, por algún error sintáctico u ortográfico demasiado evidente.

Soy muy perfeccionista y exigente conmigo mismo, lo que me ha llevado a no respetar el casi dogma de que lo publicado ya no se puede tocar, para cambiarlo todo o alguna parte y volverlo a publicar. Debido a ese conflicto muy personal, en cierta ocasión escribí un poema muy sintético que dice: “No importa lo que dicen las palabras/ sino lo que yo les digo a ellas”.

 

P- ¿La poesía también se moderniza?

R-El lenguaje es un producto social y conforme la sociedad cambia, también el lenguaje cambia, aunque a veces no con la prisa que se esperaría.

Si consideramos que el medio por el cual la poesía se expresa es el lenguaje, ya sea hablado o escrito, y si éste tiende a cambiar,  porque la sociedad cambia, entonces la poesía que es lenguaje también cambia.

Generalmente, cuando se habla de modernizar, se tiene la idea de algo que cambia de cualidad y forma, sólo de cualidad o sólo de forma. Esto es aplicable al lenguaje poético o poesía, y dependerá  de la capacidad, sensibilidad y lucidez del poeta para modernizar su lenguaje poético. Atenidos a esto podemos afirmar que la poesía sí se moderniza, y por supuesto que hay otras rutas para dar otras respuestas a la pregunta.

P- ¿La literatura es una catequesis? ¿Qué enseña si lo es?

R-Las dos preguntas van ligadas, y la segunda infiere que la respuesta a la primer pregunta será afirmativa. Si seguimos la inferencia y la aplicamos a los creadores de literatura, ésta, en un sentido general, es una catequesis, ya que todo poeta y escritor tiene un universo de opiniones o ideas de carácter político, filosófico, religioso o no religioso, etc., y de alguna manera este universo estará presente en el texto literario de su producción, de una manera directa o indirecta, tácito o expreso que será comunicado a un receptor que reaccionará aceptándolo o rechazándolo.

En un sentido específico la literatura se vuelve catequética, cuando lleva la intención de comunicar una creencia de carácter religioso, político, etc. En estos casos se vuelve instructiva y doctrinal. Recuérdese la obra poética de los poetas místicos de los diferentes istmos religiosos de esta era, o más atrás en el tiempo a Tirteo, poeta griego del siglo VII antes de esta era, que hizo de su poesía un instrumento de educación en valores cívicos a la juventud de su época.

También, en más de algún poeta salvadoreño, y en algunas de sus obras, podemos encontrar esta tendencia catequética expresada de una manera sobresaliente.

El hecho de que el material que el artista literario usa para expresarse artísticamente son las palabras, por medio de las cuales  nos presenta la realidad de una manera transfigurada, no elimina el universo antes referido, y aunque esta transfiguración quede enmarcada en el arte por el arte, un análisis contextualizado agudo y minucioso revelará el mundo ideológico del creador literario, su manera de ver e interpretar la realidad en sus diferentes facetas.

P- La muerte visto desde un poema, ¿es igual de triste o le da belleza?

R-Tremenda pregunta en mi caso personal, porque tuve la experiencia dolorosa, todavía presente en mí, de haber perdido mi segundo hijo, Nemile Tekij, de treinta y cuatro años de edad.

Un mes de julio del año dos mil falleció de un infarto masivo al corazón, como a la una de la madrugada, mientras miraba las últimas noticias de la media noche de una canal local. Caía una lluvia leve, y no había manera de obtener  primeros auxilios. Me miró por última vez, mientras su esposa y su madre le daban respiración boca a boca, ante la mirada curiosa y asombrada de su hijita de dos años, quien parada y agarrada de la baranda de la cuna observaba la escena.

Murió en el mismo mes de julio cuando nació, 1966, casi a las doce de la noche, mientras caía una lluvia leve, y de remate su padre, que soy yo, lleva el nombre doloroso de Julio. Por eso los poemas sangrantes que escribí con motivo de su muerte están agrupados en un libro inédito que se titula: “Tres veces Julio o dos elegías para Nemile Tekij”, que haré hasta lo imposible por `publicarlo durante el año 2014. No lo he podido hacer antes. Estoy en deuda con la memoria de mi hijo.

Cuando releo esos poemas tengo las dos experiencias, primero haber sufrido en carne propia la experiencia de haber perdido un hijo, y segundo, mirar su muerte desde mi poesía, donde el dolor está presente y se activa profundamente cuando leo sus versos,  y al mismo tiempo, de una manera sublime y bella, hago presentes los  momentos de camaradería que mis otros hijos y mi esposa vivimos con él, y algunas circunstancias personales que compartimos como padre e hijo.

En mi caso, desde mis poemas luctuosos, considero que la muerte es triste, pero al mismo tiempo hay belleza, cuando la trascendemos por medio de la palabra poética, y mantenemos viva la memoria de nuestros seres queridos. Al fin y al cabo somos seres dialécticos en nuestra propia existencia. El sí de la vida se contrapone con el no de la muerte en nosotros, desde que somos engendrados y concebidos, desde que somos dados a luz y nacemos en este mundo signados por la verdad objetiva que un médico siquiatra brasileño, cuyo nombre no recuerdo, expresa: “Un niño cuando nace, ya es lo suficientemente viejo para morir.”

P- ¿A qué poeta extraña más de sus referencias en la literatura?

R-Esta pregunta no la tengo clara, ya que la palabra “extraña”, según la entiendo yo está ligada a la ausencia de algo o de alguien. Y si se me dice: “extraña más de sus referencias en la literatura.”, entonces me quedo más desorientado que una persona víctima en sus neuronas de lagunas mentales. No me funcionan los engramas.

Pero si tomo la palabra “extraña” en el sentido de ignorar, de desechar, de no tomar en cuenta en mis referencias literarias a algún poeta, esto estará determinado por aquellos que no “extraño”, y cuya palabra poética me gustó más que la de otros . Me refiero a los leídos.

Para ser más breve en mi respuesta, sólo me referiré a los poetas que más me impresionaron en mis primeras lecturas de poeta, y que por contraposición fueron y son los menos extrañados en mis referentes literarios: César Vallejo, Pablo de Rokha, Vicente Huidobro, Antonio Machado, León Felipe, etc.

P- ¿La palabra juventud es un estado o una forma de mirar la vida?

R- Si se toma el cronos con que se mide la edad de los seres humanos, enmarcado en un espacio, podemos referirnos a la juventud como una etapa en la vida humana. Además lo biológico y sicológico dan testimonio de esto. Visto así, la juventud es un estado, un estar transitorio de la existencia: “Juventud, divino tesoro,/ ¡ya te vas para no volver!” , nos dice Rubén Darío en su poema Canción de otoño en primavera.

Cuando hablamos de tercera juventud o última juventud, realmente lo que hacemos es usar eufemismos que tienen la finalidad de suavizar una realidad: el ser humano envejece.

Cuando decimos que la juventud es una manera de mirar la vida, nos referimos a la visión que se tiene de la realidad,  y apunta a la renovación de criterios y elementos que permitan estar actualizados o en avanzada con relación a ella y la posición que asimismo al respecto.

Es recomendable que una persona que ya está vieja, se mantenga siempre joven, y alineada con valores solidarios que le permitan caminar hacia la utopía objetivamente posible de un mejor futuro para los humanos.

P- ¿Le ha tenido miedo a algo en la vida?

R-Sí. A enfermedades incurables como el cáncer, a la muerte “antes de tiempo”, a perder un hijo, a que me abandone mi mujer. Todavía está latente en mí el miedo a la persecución política. Miedo a no poder publicar y divulgar toda o la mayor parte de mi obra literaria. Miedo a viajar en avión, le tengo terror a las turbulencias extremas. Soy un manojo de miedos y temores. ¡Qué chasco de ejemplo!

P- Antonio Gala dice: “El amor es una amistad con momentos eróticos.” ¿Usted está de acuerdo con eso?

R-Este importante poeta y escritor multifacético de España tuvo perfiles en su vida, que de alguna manera subyacen en él, como sus experiencias de asceta y de bohemio. Si reflexionamos en el hecho sicológico, de que el ascetismo por ser represivo tiene en sí la contraparte de la satisfacción exagerada de los deseos naturales, podríamos intentar hallar alguna causa por la cual el poeta llega a esa afirmación, qué prevaleció más para expresarse así: “El amor es una amistad con momentos eróticos.”

Dentro de esa definición del amor erótico, que hace el escritor como una amistad con momentos eróticos, hay que definir además qué es la amistad, qué concepto de amistad tiene el escritor. Visto así donde prevalece lo erótico, la afirmación tiene sentido.

Para ponerle más vuelo a esta pequeña reflexión de la sostenibilidad de la afirmación de Antonio Gala, transcribo los siguientes versos tomados de un poema de su libro Poemas de amor de 1997, donde parece salirse de la afirmación aquí tratada:

“No la amo porque sus labios sean dulces, ni brillantes sus ojos, ni sus párpados suaves. /No la amo porque entre sus dedos salte mi gozo y juegue como juegan los días con la esperanza. /No la amo porque al mirarla sienta en la garganta el agua y al mismo tiempo una sed insaciable. /La amo sencillamente porque no puedo hacer otra cosa que amarla. /Si yo pudiera mandar en mi amor, quizá no la querría. /Pero a tanto no llega mi poder…”

P- ¿Qué busca su razón al final de un poema?

R-Que deje una satisfacción estética y un mensaje aceptable en el lector, así como me ha satisfecho a mí y me ha confirmado las ideas que puse en él.

P- De sus libros publicados o inéditos ¿hay alguno que le guarda un cariño especial?

R-Esta pregunta plantea un dilema para mí, porque algunos de ellos, publicados o inéditos, son especiales para mí. No podría singularizar, me sentiría mal, pienso que cometería una crueldad. Lo que sí puedo decir es que mis preferencias las tienen mis libros o poemarios que nunca participaron en certámenes literarios. Es posible que alguno de los inéditos lo envíe a algún certamen, y ya sea que obtenga algún reconocimiento o no, lo seguiré estimando.

P- ¿De qué infierno se recuerda más señor Iraheta?

R-Tengo problemas con las palabras. Por ejemplo,  la palabra infierno, por las diferentes connotaciones. Pero como la pregunta habla de recuerdos, entonces se  trata de los infiernos que tienen que ver con mis sufrimientos personales. Hay un infierno que es sobre todos los infiernos hasta ahora y es el impacto que me causó la muerte de mi hijo y las secuelas que quedaron. A mi sufrimiento, también se agregaron los sufrimientos de mi esposa como madre,

él de la viuda y mis nietas huérfanas, y el de mis otros tres hijos que perdieron a su hermano. Eran muy unidos.

P- ¿Qué le ha dado más orgullo en la vida?

R- Mi orgullo en un sentido sano y positivo es más de carácter existencial que de logros externos. No soy muy dado a poner en un pedestal pequeños o grandes éxitos. Me siento orgulloso de mi esposa, mis hijos, mis nietas y nietos, de mis limitadísimos amigos y de mis compañeros de Piedra y Siglo

 

Ver también

«Wilfredo Rey Hurtado». Por Marlon Chicas – El Tecleño Memorioso

Marlon Chicas – El Tecleño Memorioso Sabe usted que significa ¿polifacético? Dicha palabra se refiere …