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No pasarán

Renán Alcides Orellana

Después de ligero receso, discount retornan estas líneas al cuestionamiento y a la denuncia, illness en un contexto de convulsiones socio políticas amargas, sales que en mala hora perturban y aturden al país. Es la realidad circundante, después de un evento electoral que, como era de esperarse, permitió de nuevo el arribo  del FMLN a la primera magistratura de la Nación.

   El evento, además de harto largo, fue harto fastidioso. Después de la primera vuelta, ganada holgadamente por el FMLN, se dio el lógico retiro y la disolución legal del Movimiento Unidad, que Antonio Saca aseguraba ¿? que sería contendiente triunfador en una segunda vuelta. Fue relegado a lejanísimo tercer lugar. El 9 de marzo fueron a la contienda el FMLN y ARENA, con el resultado ya dicho. Aunque el gane del FMLN fue estrecho, los 6.364 votos que obtuvo más que ARENA fueron más que suficientes… y más, si se considera que en la segunda vuelta, por ley, gana quien tenga de un voto en adelante más que el perdedor. Un gane de Salvador Sánchez Cerén y de Oscar Ortiz, para continuar haciendo historia electoral.  Hasta aquí era dable esperar que todo fuera bien. Que el perdedor aceptaría sin objeciones la voluntad popular. Pero no. ARENA, a pesar de enorme remontada (los votos  nuevos fueron,  en parte, del M. Unidad de Saca -con conocimiento suyo o no- identificados con la derecha), desde antes sabía que, si el FMLN mantenía y mejoraba -aunque fuera un poco- el caudal de votos de la primera vuelta, su derrota era segura. Y no se equivocó. Pero, tenía que justificar ante sus patrocinadores y sus bases, todo el trabajo electorero, su organización, los fondos invertidos… y, sin alternativa, se super adelantó y corrió a pregonar un triunfo inexistente, cuando los porcentajes del escrutinio todavía eran bajos. Pero, esta otra falsa afirmación exigía otra justificación: fraude, fraude, fraude, se les ocurrió… y esa fue la consigna que comenzaron a propalar, individual y colectivamente, sus dirigentes y miembros. Y luego, la tristemente célebre demanda, por ignorancia o malicia, o ambas juntas: hacer nuevo conteo voto por voto. Un absurdo de ley. No, dijeron el Tribunal Supremo Electoral (TSE), los constitucionalistas, las organizaciones populares y el pueblo mismo no simpatizante de ARENA. Esos  absurdos legales ¡no pasarán…!

   Y ahí “ardió Troya”. Los que durante la campaña, hasta rayando en fanatismo, condenaban la situación caótica de Venezuela, ahora con sus bases azuzadas y enardecidas, estuvieron a punto de incendiar la ciudad y generar terror en otros puntos del país. Y lo más grave, el exabrupto de un candidato al amenazar con “hacer la guerra” y poner en entredicho el profesionalismo y el papel no deliberante de la Fuerza Armada, al involucrarla con señalamientos de posible participación en la defensa de un gane inexistente. Otras amenazas, denuncias y afirmaciones sin sentido;       todas, sin más asidero que decires y rumores; en una palabra, chambres…

   Así las cosas, si bien casi la mitad de la población pareció contraria al triunfo, deben restarse a esa mitad las personas humildes que -con confesión ingenua- afirmaban estar en las marchas por las ofertas de dinero y de alimentos, si se unían a la protesta. Estos son los resabios y las rabietas de pequeños grupos que, a toda costa, quieren el poder para seguir ejerciendo hegemonía sobre los sectores social, político, económico y cultural del país. Pero, lo dicho: no pasarán…!

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