Por Laura Bonilla
Nueva York/AFP
Al grito de «¡No es mi presidente!» y al ritmo de canciones patrióticas y de protesta, unas 10.000 personas manifestaban en Nueva York contra Donald Trump el pasado lunes feriado, en el que Estados Unidos celebraron el Día de los Presidentes.
Manifestantes de todas las edades y razas se concentraron bajo el sol invernal del mediodía en Columbus Circle, frente al Trump International Hotel y en el lado oeste de Central Park, para expresar su insatisfacción con el nuevo gobierno, en la última de decenas de protestas que han sacudido el país desde que Trump llegó a la Casa Blanca hace un mes.
Apenas comenzada la manifestación ya había unas 3.000 personas, y una hora antes de su finalización, llegaban a 10.000, según un conteo no oficial de la policía, que cerró varias cuadras de la calle Central Park West. Unas 15.000 personas dijeron que acudirían a la protesta convocada en Facebook.
La ciudad de Nueva York no provee cifras oficiales de asistencia a manifestaciones.
«Trump está dañando el país. Si no hacemos algo, perderemos a Estados Unidos antes de darnos cuenta. Por eso en los últimos cuatro días he ido a cuatro protestas. ¿Qué más puedo hacer? Es la única manera de tratar de llegar al Congreso», dijo a la AFP una de las manifestantes, Rima Strauss, una psicoanalista jubilada de unos 70 años que vive entre Nueva York y Washington DC.
Protestas similares en el Día de los Presidentes estaban planeadas en otras grandes ciudades como Los Angeles, Chicago, Atlanta, Filadelfia o Washington DC.
«Trump no nos escucha a nosotros. Pero si la gente común marcha en las calles, quizás tengamos una suerte de revolución», señaló Strauss.
Strauss, que llevaba un prendedor con el presidente ruso Vladimir Putin sosteniendo a un bebé Trump en pañales, y que también participó en la gran protesta de la Marcha de las Mujeres el 21 de enero, al día siguiente de la investidura, dijo que también protesta para preservar su «salud mental». «Muchos de nosotros estamos deprimidos», confesó.
NYC, récord de protestas
En la diversa Nueva York, feudo demócrata que ha batido un récord municipal de protestas anti-Trump en el último mes, esta fue la tercera manifestación seguida en tres días.
El domingo unas mil personas se reunieron en Times Square para una protesta convocada bajo el eslogan «Yo también soy musulmán» y el sábado manifestantes hicieron un funeral simbólico para la institución de la presidencia estadounidense en el Washington Square Park.
«Somos musulmanes, vinimos a predicar el mensaje de paz y amor. Obedezco al presidente Trump pero no tengo por qué estar de acuerdo con sus políticas», explicó este lunes otro manifestante, Qamar Khan, un estudiante de medicina de 26 años que llegó a Estados Unidos desde Pakistán a los siete y hoy es estadounidense.
Khan, que repartía folletos que explicaban el Islam, se refería al decreto de Trump que prohibió temporalmente la entrada al país a refugiados y ciudadanos de siete países musulmanes y que la justicia suspendió. Trump también quiere deportar a millones de inmigrantes indocumentados -la mayoría de los cuales son latinos- y ordenó la construcción de un muro a lo largo de los 3.200 km de frontera con México.
En una esquina, una docena de manifestantes con banderas estadounidenses y carteles que leían «Hispanos por Trump» y «Judíos por Trump» se enfrentaron a la multitud con cánticos y gritos.
«¡No a Trump! ¡No al KKK (Ku Klux Klan)! ¡No a una América fascista!», respondían los anti-Trump mientras la orquesta tocaba «Stand up for your rights» (Defiende tus derechos), el himno por los derechos humanos de Bob Marley y Peter Tosh, y luego la patriótica «America the Beautiful». «¡No al decreto migratorio! ¡No al muro! ¡La máquina Trump debe irse!», lanzaban.
«Estoy preocupada de que nuestras instituciones democráticas sean desmanteladas», dijo Barbara, una manifestante de 70 años que fue a la protesta con varios familiares y no quiso dar su apellido.
«Amo este país y amo nuestras instituciones y quiero que permanezcan fuertes. Incluida la libertad de prensa», añadió.