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David Benito Martín, sacerdote pasionista perteneciente a la parroquia San Francisco de Asís de Mejicanos.. Foto Diario Co Latino/Fernando Velásquez

“No quedarnos con los brazos cruzados, ante las injusticias”: David Benito Martín 

Yaneth Estrada
@caricheop

En momentos de enormes retrocesos en materia de derechos humanos, el sacerdote pasionista David Benito Martín, de la parroquia San Francisco de Asís de Mejicanos, instó a la feligresía, reunida en la Cripta de Monseñor Romero, a ser instrumentos de Dios en medio de esta sociedad.

“No quedarnos con los brazos cruzados, ante las injusticias y desigualdades para no quedarnos sin aceite en nuestras lámparas, como dice la Biblia de las jóvenes sensatas que esperaban al esposo”, señaló el religioso.

Agregó que “esto tomando en cuenta, que el Señor Jesús nos pide en su palabra, ser lámparas en medio de la oscuridad. Esto quiere decir, que no debemos ser indiferentes ante el sufrimiento del pueblo”.

En las ofrendas se pidió por los enfermos, por los migrantes, por los afectados por tragedias naturales, por la  militarización de las fronteras y especialmente por consolidarlos matrimonios en el respeto a la Iglesia católica y a Dios.

Esperando su venida 

Asimismo, afirmó que Jesús nos encamina a estar atentos esperando el día y la hora de su venida, presentando este aceite simbólico, que al igual que las jóvenes prudente debemos ser previsores para que no se apaguen las lámparas que nos mantienen despiertos a la espera de la venida del Señor para entrar en el banquete con él.

Durante su ministerio, monseñor Romero consideró que toda persona que deja pasar las injusticias sobre todo si los puede evitar, es cómplice de ese pecado social. Presentamos la canasta de víveres simbolizando que esta comunidad, procura no dejar pasar las injusticias sino que quiere reivindicarse en el derecho a la alimentación de los hermanos con mayores carencias.

También señalaron que monseñor Romero dice que las virtudes cristianas tienen que ser íntegras, porque Cristo no quiere apariencias, por eso presentaron el pan y el vino que pronto se convertirán en el cuerpo y en la sangre de Cristo, a quien sin falsedad, ni hambre, ni apariencias mostramos nuestro arrepentimiento y deseo de conversión para recibirlo en la Santa Eucaristía.

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