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@JoakinSalazar
La desigualdad, pills el egoísmo y la ambición son solo muestras de la falta de interés de los salvadoreños para construir una sociedad de paz y solidaridad. El párroco Arturo Escalante, sale de la Parroquia Cristo Redentor, recordó al beato Monseñor Oscar Arnulfo Romero como una luz ante los problemas, puesto que dedicó su vida por enfrentar los conflictos sociales y buscar la paz por la unidad y valores cristianos.
En la misa, en la Cripta de Catedral Metropolitana, el párroco destacó la preparación del cristiano hacia la transfiguración de cristo, previo a la conmemoración en unos días de la iglesia Católica al Divino Salvador del Mundo, la cual debe ser enfocada por la búsqueda de un cambio y una transformación social en el país.
Y es que para el sacerdote, esta época es un momento de preparación de la iglesia para recibir la transfiguración de Cristo que se convierte en una luz de esperanza y de cambios para el bienestar de la sociedad salvadoreña.
Escalante hizo un llamado a la feligresía para no callar ante los conflictos y problemas que se enfrentan en el país.
“Hay que denunciar a aquellos que acaparan el frijol y el maíz, solo para aumentarle el precio, esas personas no son cristianos, porque una fe así no es fe, por eso hay que tener en cuenta la actitud de Jesús”, comentó el Párroco.
Asimismo, recordó al Papa Francisco, de quien resaltó tener una sencillez de sabios, porque él llama a un mundo mejor, pero recuerda que solo se construye cuando se vence el egoísmo la ambición y la codicia.
“En la mesa del pobre siembre abunda, porque a la sopa se le hecha más agua, pero en la mesa de aquellos que tienen no abunda porque hasta para comer son tacaños”, explicó el párroco.
Además, recalcó que si en el corazón del ser humano solo existe avaricia y codicia nunca podrá resurgir el amor, el respeto, fraternidad, hermandad ni unidad.
Según el párroco, los salvadoreños cristianos deben luchar por garantizar cambios y transformaciones dentro de la sociedad, donde hay que resaltar los valores cristianos y morales en el seno familiar.
También resaltó la labor de Monseñor Romero cuando previo a su martirio luchó y buscó la paz entre hermanos salvadoreños, pese a ser señalado de subversivo y hasta poseído por el diablo.
“Los periódicos le llamaron hombre peligroso, no nos aflijamos hermanos que ese fue el calificativo que se le dio a Jesús y a Monseñor Romero cuando denunció las injusticias, cuando defendió al pobre, al obrero, y al campesino, a los profesionales”, comentó.
Finalmente, Escalante reafirmó el compromiso por la paz social, la cual debe ser construida por todas y todos los cristianos en El Salvador, dejando a un lado las diferencias sociales e ideológicas, para solo enfocarse en el bien común.
