Por: Rolando Alvarenga
Recientemente, varias federaciones deportivas solicitaron un acercamiento entre el INDES y el COES para poner fin a un drama novelesco-deportivo que, durante los últimos ocho años, ha estado lejos de acercarse a una luna de miel. Afirmo lo anterior a partir de una serie de realidades que giran en torno a los máximos entes rectores del deporte salvadoreño.
Hasta el año 2008, estando ARENA en el poder, todo fue amor y paz, ya que los presidentes de la República y del COES hablaban deportiva y políticamente el mismo idioma.
Bastaba que Ruiz Rodas llamara a Paquito Flores y después Samayoa a Saca para solucionar cualquier necesidad monetaria. Fueron los días más felices, pues la plata no era problema y, consecuentemente, los contingentes salvadoreños consiguieron la mejor cosecha de medallas.
Pero el estirón de la pita se produjo con la llegada del FMLN al poder y cuando Mauricio Funes nombró al “Chelón” Rodríguez en la cúpula del INDES.
Al principio, “El Chelón” —quien hoy está metido en un gran problema— reaccionó muy risueño y diplomático ante el tipo de la “Torre”, pero poco a poco le fue socando la soga económica hasta ponerlo contra las cuerdas. El tiro de gracia para el Palomino llegó cuando Funes optó por no abanderar a los contingentes que viajaban a las competencias del Ciclo Olímpico. Y lo peor de todo es que, en esto de la contaminación política, los del Comité, encabezados por el Palomino, perjuran no tener vínculo con los tres colores, pero su perfil —de acuerdo al edificio que tienen como sede— les ubica en el “team” de los ricos y famosos de clase media.
Mientras que los funcionarios pasajeros del Instituto están en un local amenazado por un Palacio que, por su podrido sistema eléctrico, está a punto de prender fuego. Funcionarios que después de cinco años vuelven a su pobre y triste realidad. Y en este forcejeo de poder entre el INDES y el COES no hay dónde perderse. Por ejemplo, en la elección del COES correspondiente al año 2009, la mesa estaba servida para que a la silla olímpica llegara el presidente del Judo. Sin embargo, supe de buenas fuentes que, faltando un par de horas para la Asamblea General, a todos les cayó una llamada de la cúpula tricolor con órdenes específicas de votar por el Palomino y… Chévez terminó perdiendo por ippón, incluso con votos en contra de sus más fieles amigos.
Similar fue lo que sucedió en la elección de enero de este año, en la que el único contendiente no hizo proselitismo deportivo y se lanzó a último momento. Por su parte, los amigos del Palomino se enfocaron en lavarles el coco a los camaleones sobre la “no conveniencia de entregar los dos máximos poderes deportivos al Frente” y… ¡funcionó! Tanto, que varios de los que unas horas antes habían prometido votar contra el actual titular del COES ¡se dieron vuelta!
Moraleja: como “chucho no come chucho” y cada quien tiene lo suyo, ¡tal vez en ese acercamiento solo se enseñen los dientes!