Por Miguel Enesco
Oslo/AFP
El presidente colombiano Juan Manuel Santos aseguró este viernes en Oslo que el premio Nobel de la Paz que se le ha concedido fue como un «regalo del cielo» y un «enorme impulso» para lograr un nuevo acuerdo con las FARC.
En víspera de recibir el sábado en la capital noruega el prestigioso galardón, Santos dijo que «el premio Nobel fue como un regalo del cielo y un enorme impulso» para llegar a un nuevo compromiso, tras el rechazo en plebiscito a un acuerdo inicial con la guerrilla.
El Nobel supuso además un «mandato de la comunidad internacional» para alcanzar un acuerdo, dijo Santos –que habló en inglés– en rueda de prensa en el Instituto Nobel de Oslo.
El anuncio del Nobel de la paz 2016 a Santos se produjo el 8 de octubre, a pesar del inesperado rechazo, cinco días antes en un plebiscito, a un acuerdo suscrito el 26 de septiembre en Cartagena entre el gobierno y la guerrilla de las FARC.
No obstante, dentro y fuera de Colombia, el premio fue visto como un espaldarazo al proceso de paz, pese al revés electoral.
«La gente en Colombia lo interpretó como si fuera un mandato de la comunidad internacional para perseverar (…) y obtener un acuerdo de paz. Por ello, ayudó mucho. Me alentó, alentó a nuestros negociadores, pero particularmente alentó a los colombianos para buscar» un nuevo acuerdo.
A partir de entonces, la guerrilla y el gobierno decidieron mantener un alto el fuego bilateral y hacer ajustes y cambios al rechazado acuerdo, a partir de cientos de propuestas de los sectores que votaron en contra.
«Estoy honrado, feliz, feliz por Colombia» aseguró Santos, que sólo tres horas antes había aterrizado en Oslo.
Ni un día en paz
«Personalmente, no he podido vivir un sólo día de paz, por ello el hecho de que podamos vivir en paz, vivir una vida normal, y no tener miedo de ir a algunas regiones, va a cambiar todo» añadió.
El presidente colombiano recibirá el Nobel el sábado en una ceremonia en el ayuntamiento de Oslo, en presencia de los reyes de Noruega, Harald y Sonia.
Pero la ausencia de las FARC, no premiadas ni presentes en la numerosa comitiva de Santos, suscitó interrogantes.
«No quería plantear problemas al gobierno noruego» porque las FARC siguen estando en listas terroristas, y sus líderes no están aún «totalmente libres de ir a todas partes» explicó Santos.
«Pensamos que no sería apropiado traer a las FARC a la ceremonia. Invité a uno de sus jefes negociadores (…) Estarán aquí de corazón y de espíritu», agregó, antes de pedir que «no haya recelos sobre el hecho de que las FARC no estén aquí».
Gracias a Noruega y Cuba
Santos recordó que el conflicto colombiano es el último y más antiguo de todos en el hemisferio occidental.
«Se ha firmado la paz, ha sido refrendado por el Congreso con una amplísima mayoría y en este momento procederemos con su implementación» afirmó.
«Yo espero que el próximo lunes la Corte Constitucional de Colombia le dé su bendición al procedimiento de vía rápida, el fast track, con el fin de implementar el acuerdo lo más rápido posible» agregó el presidente colombiano.
Todo ello ha sido posible gracias a la ayuda de «la comunidad internacional», aseguró Santos, que destacó especialmente la participación de Noruega que «ha jugado un papel importantísimo como uno de los países garantes, junto a Cuba» que fue «nuestro anfitrión, la sede de las
negociaciones» del gobierno con las FARC.
«La paz era un sueño imposible hace algunos años, y ahora la tenemos» se congratuló en fin el presidente colombiano, aludiendo al esperado fin de un conflicto que en más de medio siglo dejó 260.000 muertos, decenas de miles de desaparecidos y más de seis millones de desplazados.