Tokio/Prensa Latina
Después de cruzar sin premura la línea de meta, el noruego Karsten Warholm, recordista mundial de 400 metros con vallas, aseguró hoy que anhelaba competir para aliviar el tedio y apreciar el ambiente de Tokio 2020.
‘Fue agradable volver a salir a la pista. Ya llevo aquí dos semanas y empezaba a aburrirme, así que fue muy bueno moverse’, dijo en la zona mixta del Estadio Nacional quien está llamado a destrozar la cota olímpica de la prueba, en poder del estadounidense Kevin Young (46.78 segundos) desde Barcelona 1992.
Warholm, de 25 años, dominó su serie con tiempo de 48,65, sin mostrar apuro en su paso, como si la primera ronda eliminatoria formase parte de un entrenamiento, lo cual, sin dudas, dicta a las claras que anda en excelente forma deportiva.
El escandinavo deviene gran favorito de uno de los eventos más destacados del programa de atletismo olímpico, luego de romper la citada marca de Young, algo que no lograron en el pasado estelares como los también norteamericanos Kerron Clement, Bershawn Jackson y Angelo Taylor o el dominicano Félix Sánchez
A pura velocidad, con 13 pasos entre vallas y un ritmo perfecto, el doble monarca del orbe paró los relojes en 46,70 segundos en los Bislett Games de Oslo, lid perteneciente a la Liga de Diamante, y dejó atrás –el 1 de junio- una plusmarca que tenía casi 30 años de historia.
Nacido en la ciudad de Ulsteinvik, el corredor puede ser material de estudio para explicar la técnica de la modalidad: cuerpo erguido, centro de gravedad en la zona justa, braceo amplio y rítmico, perfecta secuencia de la respiración, zancada extensa, músculos relajados y cruce de obstáculos casi inmejorable.
En medio de una temporada cercenada por la pandemia, el nórdico elevó aún más el techo de una disciplina que desde hace tres años igualmente se llena de gloria gracias al qatarí Abderrahman Samba (46.98) y el estadounidense Rai Benjamin (46.98), otros especialistas con sobrado nivel presentes aquí, lo cual genera sana rivalidad.
Sobre el récord mundial, Warholm apuntó: ‘Quizás alguien más lo rompa. Yo ya hice mi trabajo’, comentó antes de volver a hablar de su marcado interés por salir de la Villa Olímpica, tocar el tartán y respirar ambiente de olimpismo.