Caralvá
Fundador
Suplemento Tres mil
La fortuna era representada como una diosa en la antigüedad, aunque poseía una rueda asociada en su giro a la buena o mala resultante, en realidad esa asociación no es gratuita, usualmente estas dos caras de la moneda están juntas, el éxito del uno es el desastre del otro; la Historia está plagada de ejemplos: una flota perdida al intentar invadir Inglaterra, el infortunio fue de Felipe II debido a una tormenta en la guerra de 1585- 1604; el 19 de septiembre de 1274 los mongoles fracasaron en su intento de invadir Japón por una tormenta que los obligó a huir; el desafortunado vuelo MH 370 de Malaysia Airlines desapareció en el mar un 8 de marzo de 2014 con 227 pasajeros y 12 tripulantes, sin dejar rastro, para algunos perder el vuelo fue su salvación; en general los mitos se asocian con la observación de eventos “impredecibles”, de manera que continuaremos en esa rueda del Samsara asociado a la vida, muerte o resurrección; la fortuna también interviene en la democracia: se trata de la voluntad, del esfuerzo de asistir a un evento considerado “consulta ciudadana”, el espíritu de hombres y mujeres iguales ante la elección de sus representantes: ¿Qué puede interferir en la realización del evento? ¿Es posible que la diosa fortuna asista a un candidato y propicie la derrota de otro? Ejemplo: la inasistencia ciudadana beneficiará a un candidato no por ser el más popular, no por ser el representante del pueblo, ni defender las causas más justas, ni siquiera por el modelo de igualdad… así el representante de la oligarquía ganará por la desidia de los ciudadanos… es olvido de las propuestas clásicas: “nuestra política no copia las leyes de los países vecinos, sino que somos la imagen que otros imitan. Se llama democracia, porque no solo unos pocos sino muchos pueden gobernar. Si observamos las leyes, aportan justicia por igual a todos en sus disputas privadas; por el nivel social, el avance de la vida pública depende de la reputación y la capacidad, no estando permitido que las consideraciones de la clase interfieran con el mérito. Tampoco la pobreza interfiere, puesto que si un hombre puede servir al estado, no se le rechaza por la oscuridad de su condición. Discurso fúnebre de Pericles tal y como lo recogió Tucídides” –(Wikipedia)- . En ocasiones pierde la democracia, gana la oligarquía con sus representantes en la Asamblea, como en el siglo pasado, nada ha cambiado bajo el sol; ahora hablan del futuro y conocemos su camino del pasado.