Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
“Nuestra inconformidad y queja es que los consulados, a partir de la pandemia a finales del mes de marzo, están cerrados, no atienden al público y no podemos hacer ningún trámite. Nos han dejado totalmente solos”, afirmó Roberto Segura, salvadoreño radicado en Houston, Texas, Estados Unidos.
Roberto Segura, como miles de salvadoreños y salvadoreñas que migran de El Salvador, llegó buscando una nueva vida en suelo extranjero, ante realidades como la escasez del empleo formal y la violencia.
Su viaje emprendido en el año 2008, le permitió obtener su primer empleo de supervisor en una compañía dedicada a brindar servicios de limpieza, en edificios de oficina y escuelas, en donde aprendió todo el funcionamiento; por lo que decidió fundar su propia compañía y salir adelante con su emprendimiento.
Para laborar de forma legal y obtener este tipo de contratos comerciales, Roberto debe obtener el DBA (Doing Business As), una licencia para abrir su negocio, que no ha podido concretar actualmente porque su pasaporte ya venció y los consulados se encuentran cerrados desde finales del mes de marzo.
“Son cientos -sino es que miles- de salvadoreños que necesitan hacer trámites en Estados Unidos, pero necesitamos contar con un documento expedido por el gobierno salvadoreño, para que sea aceptado por el gobierno estadounidense. En estos casos son nuestros pasaportes y hay muchos que necesitamos renovarlos. Y muchos otros para obtener un trabajo que perdieron con la pandemia del coronavirus y que no han podido obtener otro trabajo porque les piden un documento que esté vigente y también en este caso es el pasaporte”, explicó.
Sobre esta situación de los salvadoreños en el exterior, Segura lamentó que, pese a números telefónicos habilitados y los constantes anuncios de la Cancillería salvadoreña sobre los espacios de comunicación con la diáspora, no han recibido la respuesta que necesitan para tramitar sus documentación legal.
“Han habilitado números de teléfono, pero nadie contesta. Y si ven las cuentas de Facebook de Texas, Dallas y Houston, todo mundo se queja y también en Los Ángeles. Otro caso, nos ponen un link para los consulados y, cuando se le da por primera vez, lo que envía es un virus, totalmente se han olvidado de la comunidad salvadoreña en el exterior, solo se acuerdan para tiempos de propaganda política”, manifestó.
Sobre los costos de los documentos, agregó que no tienen reclamo en el precio del pasaporte y está consciente de la situación extraordinaria de los servicios, por los efectos de la pandemia del coronavirus a nivel mundial, y que ningún gobierno anterior experimentó, aunque reconoció que el mal servicio persiste.
“Todos los gobiernos anteriores han tenido una pésima atención, eso nunca ha cambiado; llega un nuevo Gobierno cambian al personal, pero la atención siempre es pésima y todo mundo se queja de esto, sin que haya una solución”, acotó.
En cuanto al “abandono gubernamental” de la población salvadoreña que reside en Estados Unidos, Segura compartió capturas de pantalla que contienen quejas por el cierre de los consulados o por la falta de respuestas a sus inquietudes y procesos de trámite de documentos de identificación como pasaportes y los DUI, en diversas ciudades estadounidenses.
“He contactado a través de Twitter y la mayoría de redes sociales a la ministra de Relaciones Exteriores, (Alexandra) Hill, a las oficinas de Cancillería; a los diputados de oposición, en este caso el FMLN, pero nadie se ha molestado en contactarnos, hasta otros periodistas, pero estamos solos. Y llevamos más de cinco meses necesitando estos documentos y creo que sería una vergüenza si esta gente está recibiendo sus sueldos porque no se molestan ni siquiera en contestar el teléfono”, reseñó.
Roberto Segura afirmó que, al no contar con esta licencia para operativizar su empresa y firmar contratos de servicios, le ha costado varios miles, como el de una escuela, que le permitiría un global de 5,000 dólares, que luego de pago de impuestos y personal, le quedaría una ganancia entre 800 a 1,000 dólares; “por el momento, DBA de una amiga que tiene una compañía de limpieza, pero no puedo estar trabajando así, porque ella también tiene sus edificios en los que trabaja”, puntualizó.